“El Río Paraná está teniendo un caudal poco abundante y eso afecta a la producción de energía. No solo se depende de lluvias, sino también de las cuencas donde están las nacientes. Así que al tener menos agua, se tiene menos energía”, explicó Juan Encina, asesor técnico de la EBY, en contacto con La Unión.
Indicó que el nivel bajo registrado este año es totalmente anormal, “similar a algo de hace 30 o 40 años atrás”.
Encina dijo que, según estimaciones que poseen en EBY, la tendencia se normalizará desde inicios del próximo año.