“Confirmo mi salida del Barcelona. Es una decisión definitiva y difícil. No ha sido una decisión sencilla ni fácil. Lo he consensuado con mi mujer, con mi familia, con los míos. Pero es el momento de marcharme”, ha anunciado en rueda de prensa el jugador, que ha reconocido que le cuesta digerir no estar ya en el equipo ni sentirse importante.
“He hecho bien quedándome un año más en el equipo, pero no estoy teniendo minutos. Me siento útil, pero tengo que cambiar de aires”, ha señalado en la sala de prensa de la Ciudad Deportiva, que se ha quedado pequeña ante el alud de informadores que se han dado cita para escuchar el adiós de un mito del barcelonismo.
Xavi ha explicado que en Catar le han ofrecido “un proyecto muy ilusionante” para él y su familia. Con el Al-Sadd ha firmado un contrato de dos temporadas, más una tercera opcional, y cuando cuelgue las botas tendrá la posibilidad de enrolarse en la prestigiosa Academia Aspire, “el lugar ideal” para formarse como entrenador y director técnico.
En la Aspire también trabajarán sus hermanos Àlex y Òscar y su hermana Ariadna, y Xavi desempeñará, además, funciones para promocionar el fútbol en el país como embajador de Catar hasta el Mundial de 2022.
“Cuando todos habláis de equipo de gala, yo ya no aparecía allí, y eso ha sido un hándicap para mí. Me ha costado asumirlo, pero he tirado de humildad para seguir trabajando y pensar únicamente en el colectivo”, ha explicado sobre los motivos de su marcha.
Su cabeza y su físico le han dicho que era el momento de irse. “No tanto el corazón, porque soy muy culé y tengo un sentimiento bestial por este escudo”, ha apuntado.
Casi tan culé como su madre, Maria Mercè, a quien le ha ocultado que, hace una semanas, el Barça le ofreció la renovación hasta 2018. “La hubiéramos tenido”, ha explicado entre risas, dejando entrever que su progenitora prácticamente le hubiera convencido para seguir.
Xavi ha agradecido al club esa propuesta de renovación y que le haya dejado “escoger el momento” para decir adiós. Y también a la afición, “que en los últimos partidos ha estado espectacular”, ha dicho, “coreando mi nombre y pidiéndome que continuara”.
A sus 35 años, y después de casi 25 ligado a la disciplina azulgrana, ha dejado claro que es el momento de irse, pero también que regresará: “Mi objetivo principal es volver a esta casa a trabajar de entrenador o de director deportivo o de lo que sea”.
Además, considera que el guión de su marcha “es inmejorable, casi hecho a medida”, pues el equipo tiene la oportunidad “de hacer historia consiguiendo de nuevo el triplete”, siendo él el encargado de levantar los trofeos de Liga, Copa y Champions.
Ha dicho haber sido “muy feliz” en el Barça y espera que se le recuerde como “un tío futbolero hasta la médula, que lo dio todo en su club y en la selección”, igual que su amigo Iker Casillas, a quien ha defendido de las críticas que está recibiendo de un sector del madridismo.
“Me sabe mal y me parece muy injusto lo que esta pasando con Iker. No es una situación agradable para él, creo que está sufriendo y no se lo merece. La gente debería tener un poco mas de memoria y valorar todo lo que ha hecho por el Real Madrid y por su país”, ha comentado sobre la situación de Casillas.
Xavi Hernández también ha recordado la época, ya muy remota, en la que él también fue cuestionado. “No fue fácil cuando la gente no creía y dudaba de mí, pero soy muy tozudo y muy del Barça”, ha explicado el egarense, quien está convencido de que, con su marcha, no se cierra una época, “porque seguirá saliendo gente de casa, vendrá gente de fuera y otros que ya están, y el club seguirá siendo muy grande”.
Después de ser el jugador que más veces ha vestido la camiseta azulgrana -lleva 764 partidos-, lograr 23 títulos con el Barça, que pueden ser 25 de aquí a final de temporada, y de proclamarse campeón del Mundo y de Europa con España, parece que a Xavi Hernández no le falta nada por hacer en el mundo de fútbol, pero él cree que no es así.
“Me falta haber hecho un ‘hat-trick’ o un gol de chilena, pero todavía puedo lograrlo, porque me quedan tres partidos”, ha comentado, entre risas, el capitán del Barcelona, quien ha desvelado un sueño incumplido por poco: “Con Andrés (Iniesta) y Víctor (Valdés) decíamos que ganaríamos diez Ligas y cinco Champions. Nos hemos quedado cortos”.
Xavi Hernández tiene razón: se marcha después de haber ganado ocho Ligas y tres Liga de Campeones, que dentro de dos semanas pueden ser cuatro. Casi nada.