Vladimir Putin fue investido este lunes para un cuarto mandato presidencial que le mantendrá en el poder hasta el 2024, tras 18 años al frente de Rusia como jefe de Estado o de gobierno.
“Considero mi deber y el sentido de mi vida hacer todo lo posible por Rusia, por su presente y por su futuro”, declaró Putin después de prestar juramento con la mano sobre la Constitución en una ceremonia solemne en el Gran Palacio del Kremlin, en Moscú, en presencia de los presidentes de ambas cámaras del parlamento ruso y del tribunal constitucional.
Putin, reelecto presidente en marzo pasado con el 76,7% de los votos, el mejor resultado desde su llegada al poder en el año 2000, es más que nunca el hombre fuerte de Rusia, de nuevo en primera línea internacional al precio de tensiones con los países occidentales.
Las elecciones de marzo, en las que quedó muy por delante de sus rivales, fueron calificadas de “transparentes al máximo” por la comisión electoral. Sin embargo, la oposición y oenegés denunciaron miles de irregularidades, como urnas rellenadas ilegalmente o electores traídos en micros para votar bajo presión de sus jefes.
Dos días antes de la investidura, el sábado, tuvieron lugar en toda Rusia manifestaciones contra Putin organizadas por su principal opositor, Alexéi Navalny.
En muchos casos las manifestaciones, prohibidas por las autoridades, fueron dispersadas violentamente y hubo más de 1.500 arrestos, entre ellos el de Navalny, liberado pocas horas después.