En un discurso ante seguidores en una plaza de la capital, Caracas, el martes en la noche, un motivado Guaidó dijo estar armado con el respaldo del “mundo libre” para completar la tarea de recuperar el control de la nación.
“Hoy más que nunca tenemos que hacernos sentir en todos los espacios”, declaró Guaidó. “No es momento de retroceder, es momento de avanzar”.
Apenas unas horas antes, Guaidó pasó los controles de inmigración del principal aeropuerto del país, a las afueras de Caracas. No fue detenido pese a que salió del país desafiando la prohibición de viajar impuesta por el gobierno de Maduro.
Juan José Márquez, tío de Guaidó y quien lo acompañó en el vuelo comercial que tomó desde Lisboa para retornar al país, fue retenido poco después de pasar los controles de migración del aeropuerto internacional Simón Bolívar de Maiquetía para una supuesta inspección de las autoridades tributarias, anunció el miércoles la oficina de prensa del jefe de la Asamblea Nacional.
Dentro de la terminal, una mujer arrojó lo que parecía ser una lata de refresco y empapó a Guaidó, quien momentos más tarde salió del edificio saludando con el brazo derecho en alto.
En el exterior, un grupo de agresivos críticos del opositor le gritó “¡Sucio traidor!” y “¡Fuera!”. Algunos lanzaron conos plásticos y otros golpearon el techo de la camioneta deportiva en la que se marchó.
Sus partidarios corearon su nombre como muestra de apoyo. Los dos bandos protagonizaron pequeños enfrentamientos.
Guaidó inició su viaje con el objetivo de aumentar el respaldo de Washington y Europa a los esfuerzos de la oposición para sacar a Maduro del poder. El momento álgido de su gira fue la reunión con Trump en la Oficina Oval un día después de que el mandatario estadounidense se refirió a él como el “legítimo presidente de Venezuela”.
Como presidente de la Asamblea Nacional venezolana, controlada por la oposición, Guaidó saltó al primer plano del panorama político al reclamar la presidencia del país alegando que el gobierno de Maduro era ilegítimo tras una reelección fraudulenta en 2018. Obtuvo el respaldo de Estados Unidos y de más de 50 naciones más, aunque por el momento no parece a haber socavado el poder de Maduro.
Además de la visita a Washington, Guaidó se reunió con líderes europeos, incluyendo el primer ministro de Gran Bretaña, Boris Johnson; el presidente de Francia, Emmanuel Macron, y la canciller de Alemania, Angela Merkel.
En sus palabras en el acto del martes, Guaidó dijo que se reserva algunos detalles de esos encuentros que no puede revelar en público y pidió a sus seguidores que estuviesen atentos.
En declaraciones durante su viaje, Guaidó instó a los líderes extranjeros a aumentar su respaldo a los venezolanos que tratan de superar dos décadas de gobiernos socialistas que han dejado un país roto, con millones de emigrantes y donde servicios públicos como el agua corriente y la electricidad se han convertido en un lujo.
Funcionarios del gobierno de Trump dijeron que están estudiando vías para ejercer más presión para forzar la marcha de Maduro. El viernes, la Casa Blanca aplicó sanciones sobre la aerolínea estatal venezolana CONVIASA.
Guaidó pidió a los venezolanos que se mantengan Unidos y vuelvan a tomar las calles para manifestar su deseo que acabar con un gobierno al que la oposición califica de “dictadura”, pero no anunció planes para nuevas protestas.
Por su parte, Maduro apareció en la televisora estatal el martes para hablar sobre transporte pú
“Concentremos nuestro esfuerzo en defender Venezuela”, declaró Maduro pidiendo a sus seguidores que no se distraigan con “idiotas” y “traidores”.
Con información de The Associated Press.