“El amoniaco es un gas muy volátil que al exponerse a las temperaturas del ambiente se evapora y se vuelve una partícula mucho más dispersable”, dijo Fusillo en diálogo con Enfoque 800 por La Unión.
Indicó que, al entrar en contacto con las vías respiratorias, lo primero que provoca el amoniaco es irritación en la nariz y en la garganta y en ocasiones intoxicación aguda. “Incluso puede afectar las vías aéreas más profundas como los bronquios y los pulmones, produciendo un edema pulmonar, que es la consecuencia más grave de la intoxicación con amoniaco”, detalló
Fusillo recomendó a los residentes de la zona del siniestro utilizar mascarillas “doble o el tipo K95” en todo momento, así como beber mucha agua y mojarse los ojos y la nariz de forma frecuente. “La nariz se puede solo con agua, con algunas gotitas. Si se tiene gotas nasales, mejor”, expuso el experto, indicando que las personas que más sufrirían los efectos del amoniaco son quienes presentan problemas respiratorios, cardíacos y los alérgicos.
Además, sugirió evacuar la zona al menos 200 metros de alrededor no solo por el peligro explosivo por el amoniaco, sino “por lo menos hasta que el siniestro deje de emanar humo”.