Después destrozar todos los récords desde hace ocho años y pasearse por Beijing y Londres como el rey del atletismo con sus grandes y veloces zancadas, Usain Bolt llegó a Río de Janeiro con un objetivo: conseguir el ‘triple-triple’.
Este viernes, confirmando todos los pronósticos pero aún así dejando boquiabierto a todo el mundo, lo logró.
#Atletismo Bolt toma la posta en los últimos 100m y se despide de #Rio2016 con otra medalla dorada pic.twitter.com/1s50pSt1VJ
— Lucas Burgoa (@lucasburgoa) August 20, 2016
Después de ganar su tercera medalla de oro consecutiva en los 100 metros y su tercera medalla de oro consecutiva en los 200 metros, ganó su tercera medalla de oro consecutiva en los 4×100 relevos junto a sus compañeros jamaiquinos. Y, en pocos segundos —con Bolt se habla de milésimas de segundos—, no solo ratificó su lugar en la historia de los Juegos Olímpicos —ya lo tenía— sino que selló su inmortalidad haciendo lo que nadie había hecho: ganar las tres carreras más importantes del atletismo en tres olimpiadas seguidas.
El hombre más veloz de la Tierra, el humano más veloz de la historia, fue clave para que Jamaica marcara 37,27 segundos en el cronómetro y no tuviera rival para el oro.
Cuando ganó los 100 metros en Río, dijo: “Alguien dijo que puedo llegar a ser inmortal”, dijo Bolt momentos después de su triunfo, cuando los sonidos de Bob Marley resonaban en todo el estadio olímpico. “Dos medallas más y puedo firmar. Inmortal”.
Sí señor, Usain. Eres inmortal. Nueve medallas en tres olimpiadas.
Bolt cumple 30 años este domingo. Qué regalazo se ha dado y le ha dado a la humanidad: el regalo de la inmortalidad.