Rusia negó que ninguna aeronave hubiera sufrido daños en las explosiones del martes o que se hubiera producido ningún ataque.
Las autoridades ucranianas no llegaron a atribuirse la responsabilidad de las explosiones, aunque se burlaron de las explicaciones de Rusia sobre que la munición de la base aérea de Saki había prendido fuego de alguna forma antes de estallar, y subrayaron la importancia de la península anexionada hace ocho años por Moscú.
En su video de cada noche, difundido unas horas después de las explosiones, el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, prometió retomar la península y declaró: “Esta guerra rusa contra Ucrania y contra toda la Europa libre comenzó con Crimea y debe terminar con Crimea, con su liberación”.
Las autoridades rusas intentaron restar importancia el miércoles a las explosiones y dijeron que ninguno de los hoteles y playas de la península habría sufrido daños. El lugar es un popular destino de vacaciones para muchos rusos. Las explosiones, que mataron a una persona e hirieron a 13, hicieron que los turistas huyeran en pánico mientras las columnas de humo se alzaban sobre la costa cercana. Las detonaciones reventaron ventanas y causaron otros daños en algunos edificios de apartamentos.
Una turista, Natalia Lipovaya, dijo que “fue como que la tierra se deshizo bajo mis pies, yo estaba muy asustada”.
Sergey Milochinsky, un habitante local, recordó escuchar un estruendo y ver una nube en forma de hongo que se alzaba al cielo. “Todo alrededor empezó a caer, a colapsar”, relató Milochinsky.
El gobernador local, Sergei Aksyonov, informó que unos 250 resientes fueron llevados a albergues temporales debido a que gran cantidad de edificios residenciales resultaron averiados.
Los aviones rusos han utilizado Saki para atacar zonas en el sur de Ucrania en despliegues rápidos, y en las redes sociales ucranianas circulaban especulaciones sobre que misiles ucranianos de largo alcance habían alcanzado la base.
Las autoridades en Moscú llevan tiempo advirtiendo a Ucrania de que cualquier ataque sobre Crimea podría provocar enormes represalias, como ataques sobre “centros de toma de decisiones” en Kiev.
Un asesor del presidente de Ucrania, Oleksiy Arestovych, que suele hacer declaraciones más explícitas que otros funcionarios, se limitó a decir el martes que las explosiones se debían o bien a un arma ucraniana de largo alcance o a la labor de guerrillas que operaban en Crimea.
La base en la península del Mar Negro, ante el sur de Ucrania, está al menos a 200 kilómetros de la posición ucraniana más cercana, lejos del alcance de los misiles suministrados por Estados Unidos para utilizar con los sistemas HIMARS.
El ejército ucraniano ha utilizado con éxito esos misiles a una distancia de 80 kilómetros para atacar depósitos de combustible y municiones, puentes estratégicos y otros objetivos claves en territorio ocupado por Rusia. El HIMARS también podría lanzar misiles de mayor alcance, de hasta 300 kilómetros (unas 185 millas), que Ucrania ha solicitado.
Pero por ahora, las autoridades estadounidenses han evitado entregarlos por temor a que pudiera provocar a Rusia y ampliar el conflicto. Pero las explosiones en Saki alimentaron las especulaciones sobre que Ucrania hubiera conseguido por fin las armas.
El analista militar ucraniano Oleh Zhdanov dijo que las fuerzas ucranianas podrían haber alcanzado la base aérea rusa con un misil antibuque Neptune ucraniano, que tiene un alcance de unos 200 kilómetros (unas 125 millas) y podría haberlo adaptado contra objetivos terrestres y dispararlo desde posiciones ucranianas cerca de Mykolaiv, al noroeste de Crimea.
El ejército ucraniano también podría haber empleado misiles antibuque Harpoon que también podría utilizarse contra objetivos terrestres y tienen un alcance de unos 300 kilómetros, dijo.
“Oficialmente Kiev no dice nada, pero extraoficialmente el ejército reconoce que fue un ataque ucraniano”, dijo Zhdanov.
Si, en efecto, las fuerzas ucranianas son responsables de las explosiones, sería el primer ataque importante conocido contra un recinto militar ruso en Crimea, que el Kremlin se anexionó en 2014. Una explosión más pequeña registrada el mes pasado en el cuartel general de la Flota rusa del Mar Negro en el puerto de Sebastópol, en Crimea, se atribuyó a saboteadores ucranianos que emplearon un dron improvisado.
Durante la guerra, Rusia ha reportado numerosos incendios y explosiones en almacenes de municiones en su territorio cerca de la frontera ucraniana, y ha atribuido algunos a ataques ucranianos. En su mayoría, las autoridades ucranianas han guardado silencio sobre esos incidentes.
Por su parte, Rusia hizo varios ataques sobre Ucrania el martes por la noche y el miércoles por la mañana. En la región central de Dnipropetrovsk murieron 13 personas y 11 resultaron heridas, según el gobernador de la región, Valentyn Reznichenko.
Reznichenko dijo que las fuerzas rusas habían disparado a la ciudad de Marganets y un pueblo cercano. Docenas de edificios residenciales, dos escuelas y varios edificios administrativos resultaron dañados por los proyectiles.
“Fue una noche terrible”, dijo Reznichenko. “Es muy difícil sacar cuerpos de los escombros. Enfrentamos un enemigo cruel que ejerce un terror diario sobre nuestras ciudades y pueblos”.
Las fuerzas rusas también continuaron los ataques sobre la ciudad cercana de Nikopol, al otro lado del Río Dniéper desde la central nuclear de Zaporiyia, la más grande de Eruopa y ocupada por Rusia.
Rusia y Ucrania se han acusado mutuamente de atacar la central eléctrica, lo que aviva el temor internacional a una catástrofe nuclear.
Con información de The Associated Press.