Uno de los abogados de Bower, Rodolfo Aseretto, alegó que no existe una sola prueba en contra de su cliente. “No se encontró ningún rastro de tortura en estos policías”, enfatizó en contacto con La Unión.
En ese sentido, señaló que la Fiscalía no presentó ningún elemento que pruebe la culpabilidad de los acusados.
Los dos policías que denunciaron el supuesto hecho son Jorge Luis López y Alfredo Cáceres, quienes presuntamente estaban vinculados al fallido golpe de Estado contra el entonces presidente Luis Ángel González Macchi. Las supuestas torturas habrían ocurrido en la sede la Comisaría 11ª Metropolitana y la Marina.