Tomarse unas pequeñas vacaciones no solo es recomendable, sino que constituye una necesidad para que el organismo descanse y logre reponerse del ajetreo cotidiano.
Es importante entender que, tanto el cuerpo como la mente se agotan, esto se da sobre todo cuando contamos con un trabajo muy exigente, por lo que hacer una pausa laboral para descansar es sumamente necesario.
Si por el contrario realizamos trabajos que requieren poco esfuerzo en relación a nuestra capacidad, increíblemente esto puede generar igualmente situaciones de estrés, respuesta que tiene el organismo ante un estímulo externo.
Cuando el estímulo de estrés es cotidiano o por el contrario, esporádico e intenso, el organismo tiende a resentirse, provocando manifestaciones físicas o emocionales como: falta de concentración, disminución de la capacitad de atención, concentración y de retención de información, que no implica necesariamente pérdida de memoria.
La persona afectada por estrés puede presentar dificultad para respirar, taquicardia, dolores de cabeza o musculares, dolores de cuello e incluso en la zona lumbar.
Estas manifestaciones son señales que emite el organismo cuando está agotado y que necesita urgente una pausa.
Cabe resaltar, que la pausa laboral o vacaciones no significa “no hacer nada”, sino realizar otra actividad distinta a lo cotidiano.
El descanso puede implicar la práctica de algún deporte o llevar a cabo algún pasatiempo, salir de paseo, dormir o realizar otras actividades que a uno le agrade.
La pausa laboral es distinta para cada persona. Hay algunos que solo requieren de un breve tiempo para reponerse, otros de unos cuantos días o semanas.
Para mantener el bienestar personal, la profesional afirma que es fundamental ocuparse del cuerpo, con alimentación saludable y práctica de actividad física; de la mente, a través de la meditación, reflexión, la oración y la lectura de libros; y de las relaciones interpersonales, en el trabajo, con los amigos y familiares, y de todo lo que hacemos en nuestro tiempo libre.