“Se debe tratar como lo que es: el autoritarismo que se aplica en las Fuerzas Armadas y también en los institutos de enseñanza policial, adonde no ha llegado la democracia. Estas denuncias de torturas a los chicos son síntomas de una enfermedad que hace metástasis cada tanto. Cuesta mucho que se llegan a denunciar. Lo hacen ya cuando llegan a situaciones extremas”, expresó Vargas en diálogo con Buenas Tardes La Unión.
Indicó que la madre de un joven torturado “tuvo que ser beneficiada con una medida de protección, de parte del juzgado de paz, de alejamiento de uno de los generales que estaba en la conferencia de prensa por todo el maltrato que ella sufrió cuando fue a retirar a su hijo”. “Esta situación abarca a todos los altos mandos. En democracia no podemos tener ese tipo de altos jefes. La institución castrense que tenemos es autoritaria, poco seria y que actúa con total impunidad”, aseguró.
Vargas lamentó que, en todos los casos denunciados sobre este tipo de hechos en ACADEMIL, “no ha habido investigaciones serias que cumplan los protocolos mínimos y, menos aun, con condena”. Sobre el punto, citó como ejemplos a cadetes desaparecidos hace décadas y quienes nunca se supo más qué pasó.