El trato con el MAG incluye la venta del tomate a un precio de entre G. 2.500 y 3.000 por kilo, teniendo en cuenta la calidad y el tamaño del producto. Este valor fue acordado considerando a cada kilo de tomate retirado en finca.
Además, en la oferta se abarca a tomates que ya han sido cosechados, que totalizan 250.000 kilos.
“Aceptamos nomás ya porque se van a fundir todo de nosotros. Queremos por sobre todo salvar toda la producción que tenemos”, expresó Adilio Brítez, productor de tomate de la zona de Caaguazú, en contacto con La Unión.
Así mismo, mencionó que el transporte de los productos hasta los centros de acopio y carga correrá por cuenta del Ministerio de Agricultura.