Una jornada de violencia azotó a Venezuela otra vez . Al menos 120 personas resultaron heridas, 245 detenidas y un oficial de policía acabó muerto. El choque de marchas oficialistas y opositoras terminó en múltiples enfrentamientos entre manifestantes y colectivos revolucionarios, desplegados con la connivencia policial y que utilizaron armas de fuego para hostigar a los opositores.
Los incidentes fueron múltiples, pero los más graves se dieron en San Antonio de los Altos, uno de los municipios del estado Miranda, gobernado por Henrique Capriles. Tres agentes de la policía estatal fueron tiroteados y dejaron como resultado a uno de ellos muerto al recibir un balazo en el estómago. “Nuestra institución informará por este suceso lamentable, con funcionario fallecido y heridos”, informó Capriles. Previamente, el ministro de Interior, el comandante Néstor Reverol, atribuyó a manifestantes opositores la procedencia de los disparos.
Otras grabaciones retrataron la persecución a tiro limpio de paramilitares chavistas contra opositores en Mérida así como se pudo retratar a cuatro jóvenes heridos de bala en Maracaibo (agresión de colectivos) y a los heridos de perdigones en San Cristóbal o el activista de Primero Justicia en Barinas que perdió un ojo tras ser perseguido a perdigonazo limpio por un agente.
En Vargas también destruyeron y robaron la sede del partido Voluntad Popular, que lidera el preso político Leopoldo López. Hasta una alcaldía opositora fue asaltada en el interior del país.