Es importante saber que sólo un escaso número de suicidios se producen sin aviso. La mayoría de los suicidas dan avisos evidentes de sus intenciones. Por consiguiente, deben tomarse en serio todas las amenazas de autolesión. La mayoría de las personas que intentan suicidarse son ambivalentes y no buscan exclusivamente la muerte.
El suicidio no es una enfermedad en sí misma, es un acto de una conducta producida por trastornos mentales preexistentes, como es el caso de los cuadros depresivos.
También integran las causales de suicidios los trastornos que son patologías más severas, como la esquizofrenia, trastornos de persecución severos y los asociados a uso de drogas.
La tendencia de suicidio puede darse igualmente en pacientes terminales con patologías dolorosas, que no tienen muchas chances de seguir viviendo, por lo que toman la drástica decisión de autoeliminarse.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) expone que cada año se cometen en el mundo más de 800.000 suicidios. Esto significa una muerte cada 40 segundos. Alrededor del 75% de los suicidios ocurren en países de ingresos bajos y medianos.
El suicidio puede ocurrir a cualquier edad. A nivel global, las tasas de suicidio son más altas en las personas de 70 años y más. En algunos países sin embargo, el índice de suicidio es mucho más elevado entre los más jóvenes. Globalmente, el suicidio es la segunda causa principal de muerte en los jóvenes de 15 a 29 años.
Señales que indican cuando es preciso buscar ayuda para un familiar, amigo/a o compañero/a:
• Cambio brusco de comportamiento o apariencia (aumento del consumo de alcohol, aumento de la agresividad y la irritabilidad, aislamiento, etc.);
• Hablar, escribir y/o hacer chistes alrededor del tema de la muerte y/o el suicidio;
• Hacer preparaciones para la muerte (testamento, despedidas, regalar sus cosas, etc.);
• Disminución del desempeño en la escuela o en el trabajo (o ausentismo);
• Pérdida de interés en las cosas que normalmente le importan;
• Actitud de desesperanza e impotencia ante la vida;
• Pérdida de un ser querido;
• Cambios bruscos en los patrones de sueño;
• Alcoholismo;
• Estados depresivos severos;
• Intentos previos de suicidio.