Sira nació sorda, por eso sus padres no olvidarán el momento en el que su hija oía por primera vez. “La verdad es que fue espectacular, muy emocionante”, recuerda María Pilar, su madre, con entusiasmo y no es para menos teniendo en cuenta que Sira dejaba atrás ocho meses sin sonido.
La pequeña pasó por el quirófano siete meses después de nacer.
El equipo del doctor Manuel Manrique, especialista en otorrinolaringología de la Clínica Universidad de Navarra, le colocó dos implantes cocleares, uno en cada oído, que le permitieron oír.
María Pilar reconoce que, a pesar de su corta edad, “es mejor colocar los implantes cocleares cuanto antes y, si es posible, durante el primer año de vida. Para qué esperar, si al final hay que hacerlo y está probado que los resultados son mucho mejores antes del año”.
En muchos casos, cuando los problemas de audición son leves, se pueden paliar con el empleo de un audífono, pero cuando la sordera es intensa y el paciente no oye ni entiende prácticamente nada, el uso de audífonos resulta ineficaz, por lo que un implante coclear puede mejorar la calidad de vida al permitir que personas sordas o con grandes dificultades auditivas puedan volver a escuchar y a relacionarse con su entorno.
“El implante coclear es un dispositivo electrónico que sustituye al oído externo, medio e interno, con resultados óptimos que permiten alcanzar una destreza comunicativa semejante a la de una persona oyente, sobre todo, si se implantan en el primer año de edad”, explica la doctora Alicia Huarte, especialista en Foniatría y Audiología de la Clínica Universidad de Navarra.
La pérdida de audición intensa en ambos oídos es un problema con una alta incidencia en la población general, no solo en adultos sino también en niños. De hecho, 1 de cada 1.000 recién nacidos sufre este problema que, a lo largo de la vida, afectará también a otra persona más por cada 1.000 habitantes. Así, para paliar la carencia auditiva, la Clínica impulsó en el año 1989 un equipo multidisciplinar de médicos que han implantado 1050 dispositivos, de los cuales, más de 500 se han colocado a niños.
Vía CNN.