Los representantes de cinco partidos de Cataluña, el País Vasco y Galicia dijeron que la posición del rey es “anacrónica” y debería ser eliminada de la política española.
Su gesto simbólico de no asistir a la primera sesión el Parlamento nacional desde la juramentación de un nuevo gobierno de izquierda el mes pasado expone las dificultades que el presidente del gobierno Pedro Sánchez enfrentará en los próximos meses.
Su coalición con el ultraizquierdista Unidas Podemos necesitará votos de los partidos independentistas para conseguir la aprobación del presupuesto nacional del 2020 y cualquier otra legislación importante. El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) de Sánchez ha respaldado al rey Felipe VI y su padre Juan Carlos I, el monarca previo.
Poco antes de la sesión de apertura en el Congreso de Diputados en Madrid, un importante legislador de Izquierda Republicana de Cataluña (ERC) leyó un manifiesto conjunto de los cinco partidos independentistas, que declaró: “No tenemos rey”.
“La monarquía española y su máximo representante, el rey de España, no nos representan. La sociedad catalana, vasca y gallega rechazan mayoritariamente la figura de una institución anacrónica heredera del franquismo que se sustenta en el objetivo de mantener e imponer la unidad de España y sus leyes, negando así los derechos civiles, políticos y nacionales que asisten a nuestras ciudadanías y nuestros pueblos”, leyó Gabriel Rufián.
No es la primera vez que los legisladores desairan al rey. Pero el lunes tuvo el mayor número de diputados y senadores que no asistieron a la sesión inaugural desde que España regresó a la democracia tras la muerte del general Francisco Franco en 1975.
Los cinco paridos tienen 29 escaños de los 350 de la cámara baja y 20 de los 265 del Senado.
La monarquía española ha sido desde hace tiempo criticada por separatistas e izquierdistas. Pero las críticas aumentaron tras un discurso del rey en el 2017 que llamó a la unidad de España luego que la policía reprimió violentamente a personas que trataban de votar en un referéndum de independencia en Cataluña considerado ilegal por Madrid.
Felipe VI evitó mencionar directamente a los separatistas en su discurso al Congreso.
Con información de The Associated Press.