“Esto no se discutió en función a un buen escenario, sino en función a lo que mundialmente las corporaciones farmacéuticas están imponiendo como necesidad u obligación de que los países tengan como legislación para proteger sus intereses”, dijo Querey en conversación con La Unión.
El legislador apuntó contra la “confidencialidad” que solicitaron las farmacéuticas en el documento, ya que lo único que hace esto es resguardar información con relación a las negociaciones con los laboratorios internacionales privados, pese a que finalmente será el Ministerio de Salud, con dinero público, hará las compras. “Es indignante. Tratamos de poner en mejores condiciones nuestras soberanía y leyes a expensas de unas empresas que quieren imponer las suyas”, cuestionó.
El proyecto fue enviado a la Cámara de Diputados, que deberá analizar el escrito en una sesión extraordinaria ya convocada por la Comisión Permanente del Congreso para mañana miércoles 13 de enero.