La declaración de Patrimonio Natural, Cultural y Arqueológico de los campos de batalla de Acosta Ñu o Rubio Ñu, solo figura en papeles, debido a que funcionarios enviados por la Secretaría Nacional de Cultura fueron hasta el sitio, pero no hicieron las demarcaciones físicas ante la postura opuesta de los trabajadores en la zona. Por este motivo, continuará la extracción de arcilla del lugar.
El equipo de la Secretaría no llevó la resolución y explicó que las demarcaciones las realizarían en la vía pública que limita con los predios privados, sin que se a necesario ingresar al lugar histórico.
Funcionarios de la Secretaría Nacional de Cultura, el historiador Fabián Chamorro del Comité Sesquicentenario, así como uniformados del Servicio Geográfico Militar, en compañía de gestores culturales de la ciudad de Eusebio Ayala, fueron hasta lo que fue el campo de batalla para hacer el amojonamiento del sitio declarado patrimonio. El predio se extiende en aproximadamente 1.600 hectáreas, de acuerdo al ente estatal.
La comitiva se vio sorprendida al llegar al lugar cuando se percató de una manifestación en la estancia Rolón, la cual se encuentra a cargo de trabajadores de olerías, quienes compran la arcilla del sitio y en donde se hallaron evidencias de la guerra durante la extracción del barro.
El equipo que fue hasta el sitio prefirió no continuar, por precaución, pese a que pocos minutos más tarde el administrador del establecimiento habló con la comitiva de modo a dialogar con la representante del terreno. Sin embargo, determinaron volver y realizar la delimitación por medio de un mapeo satelital.
La representante de una de los terrenos en cuestión, Liz González, lamentó que en ningún momento le avisaron las acciones que llevarían a cabo, por lo que ella misma debió ir a buscar al equipo de funcionarios de la SNC para saber qué sucederá con el predio en el futuro.
González señaló que estaría a disposición de ayudar a las autoridades para lo que fuera necesario. En contrapartida, nunca recibió explicación tanto de la Municipalidad local como de parte de la Secretaría Nacional de Cultura sobre lo que se pretende hacer y exige indemnización en el caso que se deba realizar una expropiación de su terreno. Sobre el punto, Fabián Chamorro, del Comité Sesquicentenario, indicó que, como todavía el predio no estaba declarado Patrimonio, la SCN recién desde ahora puede tomar parte.
El historiador admitió que no tenían previsto estas situaciones, como es el caso de las familias que dependen del rubro de la olería que, ante la detención de explotación de la arcilla, serían afectados, debido a que en el sitio se debe realizar una prospección arqueológica.