Si la enmienda es inviable … ¿qué sentido tiene todo lo programado y sucedido en los últimos días? ¿Se pretendía demostrar poderío ? Al menos … de parte del oficialismo. ¿Quería hacerse una depuración conveniente a otros propósitos que nosotros -los comunes mortales- no logramos entrever o descifrar? Si no se podía la Re elección con la Enmienda -Y NO PUEDE- ¿no era mejor calendarizar lo que sea legal y constitucionalmente posible?
Si la ansiedad por la re elección se debe a que el gobierno actual pretende que sus proyectos cuenten con más tiempo para concretarse …¿no es mejor orquestar un GRAN ACUERDO NACIONAL para seguir avanzando con algunos temas indispensables? Sin importar quien fuera el Candidato o el Electo: como el de los programas sociales, la inversión en educación y la recuperación de los locales escolares, la lucha contra la corrupción y la reforma del Poder Judicial, para mencionar sólo algunas de las cuestiones más cruciales.
¿O es que sólo Cartes y su equipo lo pueden hacer? ¿O existe alguien más -grupos o personas- que no quieren soltar los “negocios del Estado”? ¿Qué se esconde detrás de esta empecinada pretensión de forzar una decisión que crispa a toda la sociedad, que tensiona las relaciones y hasta puede quebrar las instituciones democráticas?
Ni hablar del grotesco que presidió las “deliberaciones” o “propuestas”. Aquí también pudo palparse que el rebrote de “líder único” desenterró el protagonismo de los viejos aprovechados -y aprovechados- del poder. O de las ínfulas de quienes se creen “providenciales” para restaurar vicios que ya se habían ido -eso creíamos- con la dictadura.
No está demás recordar ante el espectáculo evidenciado del fin de semana anterior, que no son sino las expresiones de una sociedad -especialmente partidaria- que está lejos todavía de los ideales democráticos. Que los afanosos años para instalar instituciones que desmantelen el furor de las multitudes, se han despeñado cuesta abajo y, aparentemente, sin frenos.
LA DISTORSIÓN de la imposición de mandatos
La Convención derivó también en un mandato para los Representantes. ¿Y el libre albedrío? ¿la autonomía de quien tiene que dirimir cuestiones útiles para la ciudadanía? ¿para sus votantes?
Este mandato también se extiende a cerrar filas (los colorados) para la intervención de la Municipalidad de Lambare. Es obvio que si el tema llega a la entidad que decide la intervención -la Cámara de Diputados- el asunto va a requerir un trámite meramente rutinario para su aprobación. Como corresponde al pedido de los señores Convencionales.
Una cosa muy distinta es que un gobierno tenga en su bancada un punto de apoyo para la gestión de leyes necesarias para sus proyectos. Pero de ahí a usar la bancada como la mazorca que eliminará de enemigos el camino o impondrá los cambios a su medida, media un gran, gran paso.
Y finalmente no termina de entenderse: Por un lado, desdén al de pensamiento diferente, exacerbado fundamentalismo para combatir a quienes no acompañen las ideas del oficialismo. Por el otro, disposición a “negociar” cargos en truque por favores recibidos en las votaciones del Parlamento Nacional.
Por Jorge Rubiani.