Dolor de cabeza, rigidez de la nuca, fiebre, intolerancia anormal a la luz o a los sonidos y trastornos de la consciencia, irritabilidad y somnolencia son síntomas que urgen llevar al niño a la consulta con un profesional médico para que le realicen las pruebas laboratoriales.
En caso de que el médico sospeche que se trata de una meningitis, se procederá a realizar una punción lumbar con el fin de extraer una muestra de líquido cefalorraquídeo que será analizado para determinar si es o no una infección meníngea.
Es importante destacar que si un niño se encuentra enfermo no debe ir a la escuela o colegio, ya que de esta manera evita que otros también enfermen.
Además, es necesario el lavado de manos con agua y jabón, en especial antes de comer, luego de ir al baño y luego de sonarse la nariz.
En las instituciones educativas, se debe limpiar frecuentemente los bebederos y evitar que los niños consuman agua directamente desde los grifos. Utilizar vasos individuales o descartables para beber agua. No compartir utensilios, tereré, mate y limpiar los sanitarios frecuentemente, desinfectando con hipoclorito de sodio.
“Los padres son responsables de que los niños estén completamente vacunados de acuerdo a su edad”, resaltan autoridades sanitarias de la Dirección General de Vigilancia de la Salud de la cartera sanitaria.