Todos los domingos observamos que junto a los grandes comentarios críticos de los columnistas estrellas de los diarios, se detalla con deleite la frivolidad en la que nos solemos cobijarnos. La que constituye una de las tantas y graves contradicciones de nuestra “prensa libre”.
Y no está mal que uno se divierta y se distienda. Lo que está mal es el regodeo con esa estupidez y banalidad, la exaltación de una actividad completamente accesoria, si se quiere íntima y que genera seguramente alguna reacción no muy saludable en cientos de miles de ciudadanos y familiares compatriotas a quienes no les alcanza lo que ganen, para “llegar” a fin de mes.
A todo esto, deberíamos sumarle un dato aún más agobiante. Que con estas ediciones dominicales y otras de fin de semana, los diarios nos traen algunos suplementos que -en realidad- son refritos de publicaciones internacionales que refritan -a su vez- informes de Internet o de agencias internacionales de novedades. Estos se refieren a artículos sobre modas principalmente, la vida de grandes artistas o los arrumacos de la realeza europea, escritos por especialistas en divulgar este tipo de estupefacientes sociales que se produce especialmente para gente del tercer mundo y candidata al cuarto, como el nuestro.
Todas estas deformaciones son escritos por “socialités” o “periodistés” extranjeros “de ajuera del país” como el inefable Fontanarrosa pusiera en boca su personaje Inodoro Pereira. Por lo que la contradicción señalada, afecta también a los sindicatos de periodistas locales que no dicen NADA ante este atropello.
Son cuestiones para entretenerse dirán algunos … Y si. Tanto como puede entretenernos un bello espectáculo de danza, cine o fútbol que veamos por la TV y que -normalmente- no están a nuestro alcance, pero que “no interesan” -o no son rentables- según estas publicaciones. Como si todo fuera poco -como diría un locutor de calesita- estas “revistas de interés general” publicitan también los mejores lugares para vacacionar: en Uruguay, Brasil, Argentina o las islas de Magadascar. Por alguna razón, las parejas que se exhiben en pomposos casamientos en Asunción, compiten en contarnos cuan lejos viajarán para cumplimentar con el rito de la “luna de miel” … o hony moon como dicen ahora.
El asunto es nomás que, volviendo al principio, en estas revistas JAMÁS vamos a ver promocionado al Paraguay sólo destacar el narcotráfico o algún pintoresquismo local que promueva la conmiseración regional. Mucho menos proponer a nuestro país como destino turístico o algo útil, conveniente y justo para nosotros.
Por Jorge Rubiani.