“Dependemos mucho de la harina. No sabemos cuánto va a subir. Si subirá G. 30.000, G. 40.000 o G. 50.000”, expresó Ramón Villalba, titular del Centro de Propietarios de Panaderías, en diálogo con Nuestra Mañana por Unión TV.
En ese orden, señaló que aún no es posible establecer precios fijos a cada uno de los productos, pero aseguró que deberán ser subidos a raíz del encarecimiento de otras materias primas como huevos y mantecas, que se sumarán al aumento del salario mínimo y los precios de combustibles. Adelantó que se pondrá un valor “justo” a los panes, aclarando que “tampoco queremos abusar porque necesitamos seguir trabajando”.
Villalba indicó que la galleta, aunque ahora se mantiene entre los G. 9.500 y G. 10.000, llegaría a los G. 12.000 el kilo. Resaltó que este es el producto que más se consume porque sirve de acompañante en el desayuno y el almuerzo, principalmente.
Comentó que antes de la pandemia del COVID-19, en San Lorenzo (donde tiene su fábrica) y Ñemby había en total 400 panaderías, de las cuales ahora solo quedan cerca de la mitad. Indicó que, a su vez, muchas de esas panaderías que han logrado superar esa crisis sanitaria están trabajando actualmente con apenas hasta el 50% de su capacidad, ya sea por ventas bajas, disminución de personal, entre otros factores. “Estamos apretadísimos (…) Yo por ejemplo tenía en mi panadería 25 empleados y ahora tengo seis apenas”, expresó.
En ese orden, Villalba manifestó que otra cuestión que tiene al sector apenas sobreviviendo es el aumento exponencial de la producción de panes por parte de los supermercados, que cada vez son más y utilizan a ese producto como “anzuelo”. “La calidad no es igual, pero la gente se va y compra porque ellos venden a precios inferiores a los nuestros”, expuso.