Uno de los protagonistas del hecho, Rubén Darío Romero, aseguró que no compartió ninguna contestación del examen a Óscar Rodríguez Kennedy, quien aparentemente le pedía ayuda en medio del test.
“Yo estaba en la última parte del examen y en eso escucho que una persona me llama. No escuché lo que me dijo por la distancia, y tuve que darme la vuelta a mirar quién era. Ahí me dijo que ya solucionó”, aseguró Romero en contacto con La Unión en referencia a Rodríguez.
Indicó que más tarde Rodríguez lo volvió a llamar pidiéndole prestado un bolígrafo debido a que el que estaba utilizando se le acabó la tinta.
Sobre las suposiciones de ayudas y copias que generó la pequeña “conversación” entre ambos postulantes a la Corte en el examen, Romero aseguró que tiene la consciencia tranquila de que “no ayudé a nadie”.
En cuanto al examen, dijo que estuvo bastante fácil. “No fueron difíciles las preguntas. Fue la primera vez que el Consejo de la Magistratura tomó exámenes a los postulantes y la verdad que fue muy buena”, expresó el postulante.
No obstante, dijo que no pudo alcanzar el puntaje máximo y que solo hizo 15 puntos de 20 posibles. “No tuve suficiente tiempo para estudiar. Lo que pasa es que tenía que trabajar”, argumentó Romero.