Petróleos Mexicanos (Pemex) no cuenta con suficientes sitios para almacenar el combustible, y además la producción de sus refinerías no alcanza para satisfacer la demanda.
Actualmente se compra en Estados Unidos el 52% de los 390.000 barriles de gasolina que se consumen al día.
Algunos especialistas ven un riesgo para la seguridad interna del país, pues cualquier variación en el flujo puede ocasionar desabastecimiento.
Eso ha ocurrido en varios estados del sureste y el centro de México.
Pero otros creen que por las condiciones actuales del mercado energético en el mundo, es conveniente mantener las importaciones del hidrocarburo.
“Ha sido un riesgo calculado por parte de las autoridades“, le dice a BBC Mundo Víctor Rodríguez Padilla, investigador en posgrado de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
“Pemex se acostumbró a trabajar con dos o tres días de almacenamiento, es el promedio”, añade, aunque en algunas zonas del país esta capacidad se reduce a 24 horas de aprovisionamiento.
“Se ha mantenido en el límite extremo por falta de presupuesto”.
El nivel de reservas de México contrasta con el de otros países, especialmente productores de petróleo.
Brasil, por ejemplo, almacena combustible para cinco días, mientras que la reserva de Estados Unidos es de tres meses.
Presupuesto
El nivel de reservas de gasolina es un problema que ya se prolonga por al menos una década, señala el investigador de la UNAM.
El fondo del problema es la excesiva carga fiscal de la empresa, que el año pasado fue de 80% en promedio.
Eso ha provocado que Pemex se quedara sin recursos para remodelar sus refinerías, construidas para procesar crudo ligero. Es una modalidad de hidrocarburo donde el país tiene un déficit desde que mermó la producción de su principal yacimiento, Cantarell, en 2008.
Tampoco se han construido nuevas plantas de procesamiento, lo cual obliga a comprar gasolina en mercados internacionales, especialmente Estados Unidos.
El problema, coinciden especialistas, es que tampoco se ha invertido en construir sitios para almacenar las importaciones.
Senadores como Jorge Lavalle advierten que en algunas regiones la capacidad no es igual al promedio nacional.
“Con la capacidad de inventarios que tenemos, anda por debajo de las 40 horas”, dice a medios locales.
El investigador Rodríguez Padilla coincide.
“No es que los tanques estén medio vacíos, el problema es que falta infraestructura por la falta de inversión acumulada de varios años”.
Donald Trump
Pero el riesgo existe, sobre todo en este año.
El especialista Enrique Quintana señaló recientemente que la dependencia mexicana de los combustibles estadounidenses debe ser un tema de análisis inmediato.
“Simplemente imagine que llega a la Casa Blanca Donald Trump y decide presionar a México a través de la suspensión del suministro de gasolina“, publicó en el diario El Financiero.
“Es inimaginable el desastre económico y social que ese hecho pudiera ocasionar si al tercer día los vehículos en el país se quedaran sin combustible”.
¿Es eso posible? Difícilmente, dicen otros especialistas: más allá del proceso electoral en Estados Unidos existe una sobreoferta de combustibles alternativos, como el gas shale o de esquisto.
Esto provoca que otros hidrocarburos como la gasolina tengan un precio bajo, y sus productores necesitan un mercado de salida.
Uno de los principales destinos para esta mercancía es México.
Inversión privada
La estrategia para aumentar las reservas de gasolina se basa en la reforma energética, que permite la inversión de capital privado en la distribución de combustibles.
Las compañías deberán construir sus propias redes de almacenamiento. La enmienda constitucional –aprobada en agosto de 2014– permite el acopio de hidrocarburos sin restricciones.
De hecho algunas empresas anunciaron proyectos para construir terminales de almacenamiento, una de ellas en San Luis Potosí, en el noreste de México.
Otras corporaciones tienen planes de establecer una red de gasolineras en algunos estados del país.
La Comisión Reguladora de Energía, que vigila el mercado de hidrocarburos y electricidad, reconoce que el almacenamiento es uno de los negocios con más potencial.
El problema, advierte Víctor Rodríguez, es que el sistema de distribución no es igual en todo México.
Hay zonas como las montañas de Chiapas, Oaxaca, Guerrero y Puebla donde el consumo es bajo y el abastecimiento difícil.
En esas áreas hay poco incentivo para la iniciativa privada, lo que obliga a Pemex a garantizar la oferta.
Algo que legalmente está obligado a hacer.
Fuente: BBCmundo