Paraguay ha pasado de incinerar cada año toneladas de plasma sin uso que caducaba en sus bancos de sangre a reciclar esos desechos patológicos en Argentina, como ya hace Uruguay, y convertirlos en medicamentos hemoderivados generando un ahorro cercano al millón de dólares para el Ministerio de Salud.
Cuatro toneladas de plasma fueron mandadas desde el Centro Nacional de Servicios de Sangre (Censsa), en Asunción, hasta la planta de procesado de hemoderivados en Córdoba (Argentina) para volver esta semana convertidas en medicamentos para pacientes que padecen enfermedades inmunológicas o que acusan falta de plaquetas.
La directora del Censsa, la doctora Elsi Vargas, explicó a Efe que antes de firmar este convenio, Paraguay desechaba cada año cerca del 75 % del plasma almacenado anualmente por desuso y caducidad, lo cual generaba un gasto de 4.000 dólares para el ministerio de Salud.
“Hacemos un desecho que es retirado por un centro que se encarga de los desechos patológicos hospitalarios y es probablemente incinerado para que pueda desaparecer, y eso tiene un costo”, afirmó Vargas.
Subrayó que ahora, con la entrega del primer lote de plasma de Argentina en cuatro envíos a través de camiones frigoríficos, no solamente se deja de gastar en incineración, sino que el costo equivalente a la compra de los medicamentos que reciben de vuelta rondaría el millón de dólares.
“Esos medicamentos, en esa cantidad, si el ministerio de Salud hiciera ahora una adquisición para los pacientes, equivaldrían a 900.000 dólares. Estamos ahorrando 900.000 dólares”, aseveró Vargas.
En ese sentido, Vargas señaló que de las cuatro toneladas, que equivalen a 22.780 unidades de plasma, han obtenido, tras cuatro meses de procesado, 4.511 frascos de albúmina humana al 20 % y 1.054 frascos de inmunoglobulina G endovenosa.
“Son medicamentos de alto costo para enfermedades no muy comunes y enfermedades de especialidades que cuesta mucho conseguir. Normalmente el ministerio de Salud invierte poco en esto, pero ahora ya lo va a tener en forma gratuita”, indicó la doctora.
La directora del Censsa dijo que el plasma que se envía a Argentina es el resultado del fraccionamiento de la sangre de los donantes, de la que se obtienen diversos componentes antes de conseguir ese material viscoso de color amarillo pálido semitransparente.
“Esos componentes son glóbulos rojos y el plasma. Del plasma también se quitan los concentrados plaquetarios, y una vez que se congela ese plasma a al menos 30 grados (bajo cero), en un momento determinado también podemos hacer un componente llamado crío”, afirmó Vargas.
El plasma resultante del centrifugado y la división de los componentes de la sangre se almacena en cámaras frigoríficas en el Censsa a -30 grados Celsius para ser utilizado en los pacientes que lo necesiten, y el que no se usa ahora se envía de nuevo a Córdoba como parte del segundo lote, del que la semana pasada partió el primer camión.
Paraguay, donde en 2015 se realizaron 98.945 donaciones de sangre, se ha sumado de esta manera a otros países de Latinoamérica como Uruguay, que ya trabajaba con la planta procesadora argentina a través del mismo sistema.
Además, dependiendo del tipo de plasma que se envíe se pueden generar distintos tipos de medicamentos hemoderivados, explicó Vargas.
El nuevo objetivo de Paraguay es conseguir las instalaciones necesarias para almacenar el plasma en refrigeradores a -80 grados Celsius, ya que si el plasma se acopia a esa temperatura se pueden obtener otros medicamentos.
La doctora explicó que pese a que han sido capaces de reciclar el plasma almacenado que no se usa, el 50 % de ese material sigue caducando en los refrigeradores del Censsa, por lo que animó a triplicar las cantidades enviadas en vista del éxito del primer lote y utilizar la totalidad de la donación altruista de los paraguayos.
“Hoy sí podemos cumplir con el donante y decirle: tu sangre salva vidas. Estábamos utilizando una parte y el resto no podíamos estar utilizando porque no cumplíamos ciertos requisitos. Hoy podemos usar en su totalidad la sangre que donó”, dijo Vargas.
Fuente: Agencia EFE