“Todo está muy a flor de piel todavía, mi esposa es la que sufre más, pero yo trato de no mostrar tanta debilidad, pero nosotros no tenemos vida en este momento”, expresó Silvino en diálogo con La Unión, en referencia al asesinato de su hijo cometido por jugadores de un equipo de rugby en la ciudad de Villa Gesell, Provincia de Buenos Aires.
Comentó que lo más difícil luego de lo ocurrido fue pasar el día de su cumpleaños el pasado lunes, cuando hubiese cumplido 19 años.
“Por su cumpleaños hicimos una misa en la iglesia del Colegio Marianista, donde él hizo sus estudios. Empezamos con llanto y terminamos en llanto. Fue muy triste todo, porque necesito verle a mi hijo”, afirmó el hombre, agregando que desde la muerte de Fernando no volvió a trabajar. “Fernando era nuestro motor, nos complementábamos muy bien, pero ahora estamos en un bache y no sé cómo podremos superarlo”, manifestó.
Con relación al caso en el ámbito jurídico, dijo que el abogado de la familia, Fernando Burlando, está llevándolo de muy buena manera. En ese punto, dijo que prefiere no meterse mucho en lo que refiere a la investigación “porque me duele”.
Silvino comentó que desde hace 26 años vive en la Argentina, adonde había llegado de paseo en compañía de un tío. Él, al igual que su esposa, Graciela Sosa, son oriundos de Carapeguá, Departamento de Paraguarí. Aseveró que, en medio de esta situación, no descartan volver a nuestro país.