Los laboratorios en cuestión son el Central, el INERAM, el Instituto de Medicina Tropical, el Hospital Barrio Obrero, el de Encarnación, el de Coronel Oviedo, el del Hospital de Calle’i, el de Minga Guazú, el de SENACSA y el de la Facultad de Medicina de la UNA.
“Ponemos las pautas de como se tienen que hacer el trabajo. Todo lo hacemos de manera coordinada entre todas las unidades. Pudimos fortalecer todos nuestros laboratorios afortunadamente”, destacó Insaurralde en conversación con La Unión.
Para lo que significan los laboratorios la pandemia del COVID-19 fue beneficiosa, ya que tras este enorme problema comenzaron a equiparse y fortalecerse como se debe estos establecimientos de estudios clínicos. “Cualquier hecho negativo lo utilizamos como una oportunidad de mejorar”, destacó el bioquímico.
En ese sentido, dijo que se proyecta el establecimiento de laboratorios de análisis de pruebas de COVID-19 en ciudades importantes como Villarrica, Concepción, Pedro Juan Caballero, San Ignacio y Cordillera.