“Todo esto no es más que una cortina de humo del Ministerio Público y de la SENAD. Quieren imputarles a mis defendidos por obstrucción y facilitar la fuga de este narcotraficante. No ocurrió eso, considerando que no estuvieron más de dos minutos y medio en la portería del Paraná Country Club. Ellos cumplieron con su trabajo tras la orden de allanamiento, comunicar al superior y posteriormente se liberó para que esta gente pueda pasar”, afirmó Rolando Cáceres, abogado de los guardias privados, en diálogo con Nuestra Mañana por La Unión.
Indicó que los funcionarios del Ministerio Público y de la SENAD tuvieron “desidia” al haber utilizado “el camino más largo para llegar a la casa del supuesto narcotraficante”. Subrayó que ello “no es responsabilidad de mis defendidos, como tampoco es responsabilidad de mis defendidos que personal de la SENAD ya haya introducido tres vehículos en los alrededores de esa casa e igual se haya escapado de ellos”. “Además, el Paraná Country Club cuenta con una comisaría interna y esta gente ni siquiera le comunicó sobre el procedimiento a los oficiales”, dijo.
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Cáceres afirmó que todo lo relatado puede corroborarse en las grabaciones de las cámaras de seguridad del sitio.
Dos allanamientos simultáneos se llevaron adelante el pasado martes en el Paraná Country Club, de Hernandarias, y en la sede de una empresa situada en el km 8 de Ciudad del Este. La operación es denominada “Turf”, realizada por narcotráfico y que es impulsada por la Policía del Brasil.
Hubo dos detenidos, ambos en el estado de Río de Janeiro. Uno de ellos fue identificado como Marcus Espíndola. El buscado es el brasileño Lindomar Reges Furtado, señalado por la justicia de su país por ser el líder una organización criminal brasileña que se dedicaría al envío de cargamentos de cocaína desde Paraguay al Brasil para posteriormente remitirla a Europa.