Hay una enfermedad que cientos de millones de personas padecen alrededor del mundo y de la que poco se sabe. Se estima que el 40% de las consultas oftalmológicas son por la patología, pero pasa inadvertida. El avance tecnológico y la constante exposición a pantallas exacerbaron la problemática hasta hoy que el ojo seco se convirtió en una de las máximas preocupaciones en salud.
El doctor Alejandro Berra, presidente de la Sociedad Argentina de Superficie Ocular (SASO) explicó: “El ojo seco es una patología ocular que afecta a cientos de millones de personas en el mundo. Los pacientes que la padecen sienten sensación de arenilla en los ojos, de basuritas, ardor, picazón o sus ojos se ponen colorados”.
Los síntomas que presenta el ojo seco atentan contra un normal desarrollo de la vida personal y profesional del paciente. De acuerdo con el especialista, las causas que originan la patología pueden ser múltiples. Entre ellas, resaltó la cuestión ambiental: “Quienes viven en ciudades altamente contaminadas por encima de lo que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS) están más expuestos a sufrir esta patología”, señaló.
La mirada fija en la pantalla, el hábito que aumentó el riesgo de contraer la patología del Ojo Seco. Foto: Shutterstock.
La enfermedad avanzó sin parar en las últimas décadas. Lo que en verdad preocupa a la oftalmología, además del factor ambiental, es la cantidad de horas que las personas pasan en frente de una pantalla: “Hace 50 años atrás había muchísima menos gente con ojo seco porque no había contacto con pantallas. Generalmente cuando uno está en frente, ya sea de una televisión, computadora o celular, está atento a la pantalla y parpadea muchas veces menos por minuto”.
Como consecuencia de una exposición prolongada a pantallas, se produce la “evaporación de la lágrima”, lo que lleva a los síntomas típicos del trastorno ocular. “Lo importante es que el ojo seco puede llevar a enfermedades graves de la córnea. No es lo más frecuente, pero si no se diagnostica a tiempo, algunos pacientes pueden llegar a la ceguera”, advirtió.
Qué hacer y qué no
“Si uno sabe cuál es la causa, debe cambiar los hábitos. Por ejemplo, si alguien está delante de un monitor durante mucho tiempo, cada media hora tomarse un descanso de 2 o 3 minutos. Por más atención que esté prestando en la pantalla, uno tiene que parpadear normalmente”, aconsejó Berra.
Al no considerarse como una enfermedad grave, quienes la padecen suelen acudir a la medicación que tienen al alcance de la mano sin previa visita a un oftalmólogo. Ante esto, Berra alertó: “Hay un problema de automedicación muy complicado porque el paciente puede llegar a usar las gotas con corticoides que encuentran en el botiquín de la casa y, después de un tiempo, genera un aumento de la presión ocular que puede conducir a la ceguera”.
A su vez, el especialista recomendó evitar los lugares muy secos. “En la mayoría de los casos el tratamiento consiste en gotas artificiales”, dijo, pero también agregó que “si uno tiene síntomas, la primera recomendación es que visite al oftalmólogo porque previene causas muy severas en la córnea que puede llevar inexorablemente a la ceguera”. Según su experiencia, “algo que empieza como un mal menor, si no es tratado de forma rápida y efectiva puede llevar a problemas muy serios”.