En la segunda jornada de la cumbre internacional contra el extremismo violento que se celebra en Washington, el mandatario reiteró en varias ocasiones que Estados Unidos, que bombardea posiciones del EI en Irak y Siria desde septiembre pasado, “no está en guerra contra el Islam”.
En opinión del presidente, el Estado Islámico, que ocupa amplias zonas de Siria e Irak y se ha nutrido con más de 20,000 combatientes extranjeros, no es más que un grupo de salvajes “desesperado por legitimidad”.
“Pretenden presentarse como líderes religiosos o guerreros santos en defensa del Islam. Por eso, propagan la idea de que EE.UU. está en guerra con el Islam, así es como reclutan”, explicó Obama, quien añadió que esas premisas “no son más que una mentira”.
“Estamos en guerra con aquellos que han pervertido el Islam”, afirmó el mandatario, quien afirmó que, no obstante, la vía militar no es la única para acabar con movimientos extremistas y es necesario el trabajo en la comunidades donde los islamistas reclutan.
La cumbre permitirá compartir experiencias que contrarresten la narrativa extremista, mejoren las políticas de integración social y la cooperación policial, tanto para actuar en las raíces del problema del radicalismo como para mejorar la actuación de las fuerzas de seguridad.