Desde las 18:00 horas, los presentes disfrutaron, por espacio de unos 20 minutos, de imágenes en 3D que escenificaron en el muro correspondiente al altar principal de la iglesia la experiencia jesuítica guaraní en la creación y desarrollo de las misiones, o 30 pueblos fundados por la Compañía de Jesús en esta región de América, con especial atención a la Misión de Jesús de Tavarangué.
“Esta innovación tecnológica coloca a nuestro país como un destino turístico inteligente, capaz de utilizar las nuevas herramientas de información y comunicación de manera adecuada para fortalecer la difusión y la valoración de un patrimonio cultural, sin modificar ni poner en riesgo su valiosa arquitectura original. Pero, por sobre todo, posiciona al Paraguay en el camino del turismo sostenible en torno a una ruta temática que a partir de esta propuesta nocturna, seguirá sin dudas llamando la atención de miles de turistas nacionales y del exterior que visitan esta preciosa Misión Jesuítica”, expresó la ministra de Turismo, Marcela Bacigalupo, durante la inauguración.
Utilizando momentos construidos por las imágenes y la música que consta de nueve cuadros o escenas, la proyección audiovisual narra la “Aventura Jesuita Universal” y luego su localización en “Paraquaria” y en Jesús.
El primer cuadro celebra la selva neotropical, los ríos y las lluvias que alimentan la “Tierra sin mal”. En ese contexto previo a la llegada de los colonizadores y los jesuitas, surgen las miradas atentas e inquietantes de los guaraníes sobre nuestros espectadores contemporáneos.
En la tercera escena los dibujos son arrasados por una bola de fuego y metal que metaforiza la sangrienta conquista de América y el costo que tuvo para sus habitantes originarios. En los claroscuros que va dejando la “antorcha” sobre la fachada, vemos pequeños fogonazos de imágenes de los trabajos sobre la “Leyenda Negra”: las formas de exterminio, tortura y expoliación de los indígenas por parte de los conquistadores europeos.
En el cuarto capítulo se cuenta la fundación de la Compañía de Jesús y la educación como misión evangelizadora liberadora y humana, el “internacionalismo misionero” como lo llama el Padre Furlong.
En la quinta parte vemos el “Árbol Jesuita” que se ha extendido por todo el mundo. A continuación, los principales hechos de su arribo a Sudamérica y su definitiva instalación en lo que se convertirá en la provincia de “Paraquaria”, la agrupación geopolítica de todas las misiones de la zona. Aquí el contador numérico va definiendo claramente los momentos del llamado “ciclo jesuítico” y definiendo las épocas de Barro, Madera y Piedra, en el que se suceden los hechos históricos desde el año 1540. Fundaciones, migraciones, mártires y batallas hasta el mapa que representa las 30 misiones que a partir de 1700 durarán hasta la expulsión. El contador se detiene en el año 1767.
En el sexto cuadro se muestra como era un día en las Misiones desde el amanecer hasta el anochecer, utilizando los dibujos y grabados originales de Florián Paucke: la misa, los cantos, la fabricación de instrumentos, la recolección de miel, la pesca, los casamientos, bautismos y entierros, la recolección del maíz en granos, los bailes y las fiestas.
Se ilustran, en la séptima parte, los dos hitos de la “caída” de la orden: la Pragmática Sanción de Carlos III de España en 1767 que promovía la expulsión y el arresto de los jesuitas y el golpe de gracia del Papa Clemente XIV al suprimir la Compañía de Jesús en 1773. Esto se ilustra a través de grabados y dibujos de propaganda europea anti-jesuita.
Un cuadro dedicado al papel ordenador de los Jesuitas y a su “historia natural” se representa en el capítulo ocho. Es un gran libro donde vemos “El tesoro de la lengua guaraní” de Ruiz Díaz de Montoya y otras páginas que muestran estudios Jesuitas de las plantas, la botánica médica, la astronomía y la cartografía, es decir la “historia natural” y luego la transcripción musical y la arquitectura concreta de la iglesia de Tavarangue (1757).
Finalmente, la pieza concluye con la cita de algunos fragmentos de un memorial en defensa de los Jesuitas enviado al Gobernador de Buenos Aires por el Cabildo y los Caciques de la Misión de San Luis.
Este atractivo turístico pretende atraer al turismo cultural, ofreciendo un espectáculo de vivencia audiovisual nocturno de este sitio arqueológico, declarado Patrimonio Mundial de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco). De esta manera, además de ofrecer una aproximación distinta al sitio por parte del turista, se promoverá que el mismo pernocte en la ciudad, lo que ayudará a incrementar el crecimiento económico de los pobladores. El Video Mapping fue auspiciado por la Secretaría Nacional de Turismo (Senatur) en cooperación con la Unesco. El monto total del proyecto fue de USD 274.500, inversión realizada por la Senatur.