Apodado “el inmortal” por su longevidad en política, el senador y empresario ingresó el viernes en un hospital de Milán, su ciudad natal, y, según la prensa italiana, había dejado de responder a su tratamiento contra el cáncer.
Tendrá funerales de Estado el miércoles en la catedral de Milán, previstos a las 15H00 (13H00 GMT), y el gobierno decretó luto nacional para esa misma jornada.
Poco después del anuncio de su muerte, decenas de personas se congregaron frente al hospital San Raffaele. Sus restos fueron luego trasladados a su lujosa Villa San Martino, en Arcore, en las afueras de Milán.
Numerosos dirigentes reaccionaron a su muerte. El presidente ruso, Vladimir Putin, uno de los primeros en expresarse lo calificó de “persona querida” y un “verdadero amigo”.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, también saludó a un «gran amigo de Israel», y para el jefe del gobierno nacionalista húngaro, Viktor Orban, fue un “gran combatiente”.
Y el Papa Francisco destacó el «temperamento enérgico» del dirigente.
Entre los hombres más ricos de Italia, con una fortuna evaluada en 6.400 millones de euros por Forbes, Berlusconi fue un gran comunicador y un anticomunista convencido.
El empresario, que inventó un peculiar formato de televisión comercial en la década de 1980, pasó sus últimos años saliendo y entrando del hospital.
Orgías «bunga bunga»
Conocido por sus orgías «bunga bunga» y sus chistes vulgares, Berlusconi fue todo un personaje en el extranjero además de un emblema de una Italia en rápido crecimiento.
Fue primer ministro durante nueve años en total, entre 1994 y 2011 y consolidó su inmensa riqueza en la década de los 80 y 90.
Con el paso de los años, «el Caimán», otro de sus numerosos apodos, se sometió a numerosas cirugías para rejuvenecerse, usaba maquillaje para cubrir las arrugas y solía estar acompañado por mujeres jóvenes.
El partido que fundó, Forza Italia, fue cayendo lentamente, pasando del 29,4% de los votos en las legislativas de 2001 a un 8% en 2022, pero Berlusconi mantuvo su popularidad entre una parte de los italianos.
«Él es inmortal, estará siempre con nosotros. Siempre lo he admirado (…) por su generosidad, su gentileza y todo lo que hizo por nosotros», dijo frente al hospital Carla Ballarini, una jubilada de 75 años.
La jefa del gobierno italiano, Giorgia Meloni, elogió el “coraje” y “determinación” de su aliado, a quien consideró como “uno de los hombres más influyentes de la historia de Italia”.
El AC Milan, que vivió una de sus épocas más gloriosas cuando Berlusconi fue su dirigente (1986-2017), se dijo “profundamente afligido”.
En el ámbito judicial, el magnate estuvo años enredado en las demandas presentadas por sus controvertidos festines eróticos durante su mandato de primer ministro, en los que participaba una menor de edad de origen marroquí, “Ruby robacorazones”.
Por ese escándalo, conocido también como “Rubygate”, fue sometido a tres juicios.
Si bien fue absuelto por el delito de prostitución de menor, fue procesado por sobornar a testigos, la mayoría modelos y prostitutas.
Poder, dinero y sexo
Nacido el 29 de septiembre de 1936, hijo de un empleado de banco y graduado en Derecho, el origen de su enorme fortuna ha desatado todo tipo de especulaciones.
Incluso se habló de si provenía de préstamos de la mafia siciliana.
Con sus canales privados de televisión, llenos de programas con mujeres casi desnudas, conquistó al gran público.
También amasó millones con el sector inmobiliario y financiero hasta llegar a la política, seduciendo a la vez telespectadores y votos, aunque no logró cumplir su mayor sueño: el de llegar a ser presidente de la República.
Fue el precursor de un estilo de político millonario que ha sido repetido a nivel mundial, que ignora y pasa por alto principios éticos y morales.
El magnate jamás renunció a sus negocios y empresas, generando un debate sobre conflicto de intereses, pero en noviembre de 2011 tuvo que ceder las riendas de una Italia sumida en una grave crisis financiera.
Condecorado como «Caballero del Trabajo» («Cavaliere del Lavoro») a los 41 años, perdió el título tras la condena definitiva en 2013 a cuatro años de cárcel por fraude fiscal en su empresa Mediaset y por ello expulsado del Senado después de dos décadas años de presencia continua en el Parlamento, antes de volver en 2022.
Padre de cinco hijos de dos matrimonios y varias veces abuelo, Berlusconi no deja herederos políticos, pero sí muchos económicos, con el reparto de su inmenso patrimonio.
Con información de AFP.