Las tres primeras víctimas fueron encontradas de madrugada y, como el resto, formaban un parte de un grupo de esquiadores con experiencia del club alpino galo.
Todas las víctimas eran francesas y tenían edades comprendidas entre los 50 y los 70 años. La alerta sobre su desaparición fue dada por su entorno, después de que el grupo, que había emprendido su recorrido desde la estación de esquí de Ceillac, no regresara a la hora prevista.
La alerta de avalancha se encontraba en ese momento en un nivel de tres sobre cinco, “alto pero no en su máximo” punto, añadió Besnard en la cadena “BFM TV”, en la que señaló que el riesgo se mantiene e instó a no practicar en los próximos días esquí alpino y de fondo.