Miguel Ángel Jiménez Blanco ayudó a cientos de personas en la búsqueda de sus parientes desaparecidos en el estado de Guerrero, donde 43 estudiantes desaparecieron el 26 de septiembre del año pasado.
El cuerpo de Jiménez Blanco apareció en el asiento del conductor en el taxi del que era propietario.
Según informó la fiscalía del estado de Gerruero, el vehículo estaba “estacionado en la carretera que conecta a la Ciudad de México con el turístico puerto de Acapulco, a la altura del poblado de Xaltianguis”.
El comité de búsqueda “Los otros desaparecidos de Iguala” escribió en su página de Facebook un emotivo recuerdo sobre Jiménez Blanco:
“El mago de Oz, que ayudó a las familias a tener valor y salir a buscar a los cerros, que Dios te tenga en su gloria fuerza y fortaleza a tu familia. Y que la semilla que sembró en los que salen a buscar a su familiar no los paralice el miedo”.
Iguala, “un cementerio”
Fue la desaparición de los 43 estudiantes de la escuela rural de Ayotzinapa, en la ciudad de Iguala, lo que arrojó luz sobre los casos de otros miles de personas desaparecidas en este estado plagado por la violencia de bandas criminales.