La plaza del Santuario y las calles vecinas se colmaron de fieles en el horario de la misa matinal. Los empujones y las largas filas ya tradicionales se volvieron a repetir como si ya se tratara del 8 de diciembre. Más de un fiel que estuvo presente en la misa del papa Francisco en Caacupé dijo que este fin de semana la afluencia fue mayor.
Los que pasaron las de Caín fueron los peregrinos que formaron fila de media hora y hasta una hora bajo el sol para llegar hasta el altar y colocar su mano en la gruta de la Virgen.