“Lamento todo el manoseo que está sufriendo Federico González, tanto él como su familia. Yo lo expuse a esto al nombrarlo, pero él está preparado. Su designación la hago con orgullo. La renegociación de Itaipú es una causa nacional. Estamos seguros que estamos frente a una persona honesta”, expresó Abdo en conferencia de prensa realizada este lunes en el Palacio de López.
Aseguró que González hará un buen trabajo porque conoce bien “todo el funcionamiento de la entidad” y está “comprometido con la causa”. En contrapartida, lamentó la renuncia de Ernst Bergen al frente de Itaipu, quien se fue por motivos personales, según argumentó.
Abdo afirmó que ya conversó con el presidente del Congreso, Óscar Salomón, para enviar la designación de Federico González como nuevo director paraguayo de la Itaipú en marzo próximo, cuando culmine el receso parlamentario y se retomen las actividades. Mientras tanto, el excanciller ejercerá el cargo en la hidroeléctrica de manera interina.
Será estudiado en Senado
Por su parte, el senador colorado Martín Arévalo, miembro del movimiento oficialista Colorado Añetete, confirmó que analizarán la propuesta de Abdo en cuanto a la designación de González como nuevo director de Itaipú. Señaló que, como aún falta mucho tiempo para retomar las actividades parlamentarias de manera total, aún es difícil determinar si habrá votos suficientes a favor del excanciller.
“Veremos qué sucede de aquí a marzo”, expresó en diálogo con La Unión.
La designación de Federico González como nuevo director de Itaipu ha provocado una ola de críticas contra el Gobierno ya que es muy recordado por ser uno de los involucrados en el acta bilateral entreguista, caso que data del año 2019, cuando se desempeñaba como asesor de Asuntos Internacionales del Poder Ejecutivo.
De acuerdo con extécnicos de la ANDE, con la entrada en vigencia de esa acta bilateral la estatal iba a aumentar sus costos, ya que hubiese tenido que cubrir lo gastado en las compras más caras, tomando en cuenta que los únicos ingresos que tiene la ANDE son las tarifas. El sobrecosto estimado sería de aproximadamente US$ 250 millones. Además, el documento establece que las variaciones porcentuales en la energía contratada por parte de Paraguay entre un año y otro no serán superiores al 6%, beneficiando de manera amplia así a Brasil.
El documento había quedado sin efecto por el Gobierno, el cual fue asediado por críticas, acusaciones y ante la amenaza de juicio político a Mario Abdo Benítez.