Desafiante e incluso “orgulloso”: así se mostró este lunes el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, tras conocer las sanciones que le impuso Estados Unidos.
“Hoy el gobierno del emperador Donald Trump tomó unas decisiones contra mí como presidente (…). Son unas decisiones que expresan su impotencia, su desesperación, su odio, expresan el carácter del magnate que es el emperador de Estados Unidos”, expresó Maduro.
Estados Unidos, junto a otros países, desconoce la Constituyente que se eligió el domingo y que redactará una nueva Constitución y reformará el Estado. La oposición no participó en el proceso porque la considera un fraude.
La Constituyente tiene poderes absolutos y podría destituir a la fiscal general, Luisa Ortega, crítica con el gobierno, y disolver el Parlamento, de mayoría opositora.
“Las elecciones ilegítimas de ayer confirman que Maduro es un dictador que desprecia la voluntad de los venezolanos”, dijo este lunes el secretario del Tesoro de EE.UU., Steven T. Mnuchin.
“Es una reacción iracunda porque el pueblo de Venezuela y su presidente desobedeció su orden de suspender la Asamblea Nacional Constituyente”, replicó Maduro.
“Un presidente libre”
“No obedezco órdenes imperiales ni de gobierno extranjeros. Ni hoy ni nunca. Soy un presidente libre, independiente y antiimperialista, antirracista, anticolonialista. Estoy contra el Ku Klux Klan que gobierna la Casa Blanca”, acusó a la administración Trump, en que las últimas semanas sancionó a varios altos cargos del gobierno de Venezuela.
“Que tomen las que les dé la gana. El pueblo de Venezuela ha decidido ser libre y yo soy el presidente independiente de una nación libre. ¿Así o más claro?”, agregó Maduro, que dijo que el “error más grave” de la vida de Trump era “meterse con Venezuela”.
Maduro dijo sentirse “orgulloso” de la “pretendida sanción” y defendió la Constituyente, de la que dice que es el instrumento para la paz y el diálogo tras cuatro meses de protestas y de conflicto con la oposición.
“Se me sanciona porque convoco a un hecho electoral único en la historia de Latinoamérica”, dijo antes de decir que su país no tiene miedo y que hay diez millones de venezolanos “dispuestos a tomar un fusil y liberar a toda América Latina”.
Con información de BBC Mundo.