El objetivo de este encuentro era “asegurar el acceso igualitario al derecho al juego, el esparcimiento y la recreación de niñas, niños y adolescentes que cuentan con menores recursos económicos”, explicó Presidencia en una nota de prensa.
Los chicos son residentes de la Villa 31, uno de los barrios precarios más poblados de Buenos Aires.
Al finalizar el juego, de origen indígena y con unos 500 años de historia, el presidente, acompañado por su esposa, Juliana Awada, y el secretario general de la Presidencia, Fernando de Andreis, habló con los asistentes sobre el funcionamiento del proyecto.
Este programa forma parte de la Red Nacional de Turismo Social para la Niñez y Adolescencia, que en 2016 acogió a 29.000 jóvenes para que tuvieran la oportunidad de “visitar nuevos lugares y adquirir conocimientos sobre cultura e historia de las distintas regiones de la Argentina”.
El tejo es un deporte originario de Colombia y consiste en lanzar a cierta distancia un disco metálico en una cancha de arcilla en la que hay unas mechas con pólvora que estallan con el contacto del metal. EFE