Ambos asistieron a la reciente conferencia climática de la ONU en Egipto, donde Lula prometió a multitudes que lo vitoreaban una “deforestación cero” para 2030 en la Amazonía, la selva tropical más grande del mundo y clave para combatir el cambio climático. “No habrá seguridad climática si el Amazonas no está protegido”, aseguró entonces.
Su elección de Silva subraya ese compromiso, pero la polémica elección podría socavar sus perspectivas de gobernabilidad, dado que muchos actores de la agroindustria y legisladores asociados están resentidos con la activista. El resentimiento se deriva de su tiempo como ministra de Medio Ambiente durante la mayor parte del último mandato presidencial de Lula, de 2003 a 2010.
En una conferencia de prensa el jueves, Lula también designó a Sonia Guajajara como la primera ministra de Pueblos Indígenas de Brasil y al productor de soya Carlos Fávaro como ministro de Agricultura. Lula prestará juramento el 1 de enero de 2023.
Silva nació en la Amazonía y trabajó como recolectora de caucho en su adolescencia. Como ministra de Medio Ambiente, supervisó la creación de decenas de zonas de conservación y una sofisticada estrategia contra la deforestación, con importantes operaciones contra los delincuentes medioambientales y un moderno monitoreo vía satélite. También ayudó a diseñar el mayor esfuerzo internacional para preservar la selva tropical: el Fondo Amazonía, respaldado en su mayor parte por Noruega. La deforestación se redujo drásticamente.
Sin embargo, Lula y Silva se distanciaron luego de que él comenzó a atender a los agricultores durante su segundo mandato, por lo que Silva renunció en 2008.
Lula parece haberla convencido de que él ha cambiado de rumbo. Ella se unió a su campaña después de que él aceptara sus propuestas de conservación. En su propia aparición durante la cumbre de la ONU, Silva dijo que el gobierno de Lula protegería la selva tropical y lideraría la lucha contra el cambio climático.
Con información de The Associated Press.