El smartphone Freedom 251 de la diminuta compañía india Ringing Bells, con un precio de venta de 3,7 dólares, ha tomado la posta del automóvil Tata Nano, lanzado en 2009 al módico precio de 100.000 rupias (el equivalente a unos 1.500 dólares al cambio actual), y de la tablet Aakash, que en 2011 salió destinada en primer lugar a estudiantes con un precio subvencionado por el gobierno indio de USD 22.
Pero a diferencia de sus antecesores, a los que se les criticó desde un principio las pocas prestaciones que aportaban al cliente a pesar del bajo precio, las dudas hacia el Freedom 251 fueron totalmente opuestas.
La Asociación India de Móviles (ICA por sus siglas en inglés) trasladó al Ministerio de Telecomunicaciones del gigante asiático su incredulidad sobre cómo un aparato con las prestaciones que ofrece ese teléfono inteligente podía venderse a ese precio.
Según explicó el director adjunto de ICA, Bijesh Kumar Roul, la venta de ese móvil, sumándole distribución, impuestos y otro tipo de costos adicionales, tendría un precio mínimo de 60 dólares. E incluso con subsidios y vendiéndolo sólo por Internet “su costo no podría ser inferior a 52 ó 55 dólares”.
Sin embargo, el directivo de ICA no quiso especular sobre las causas que le han permitido a Ringing Bells comercializar su flamante producto a un precio tan barato, y prefirió esperar a que las autoridades indias investiguen al respecto.
Las críticas hacia el automóvil más barato del mundo, el Tata Nano, también surgieron poco después de su lanzamiento, luego que seis de estos pequeños vehículos en forma de huevoardieran en la carretera, lo que llevó a muchos a preguntarse cuánto habían ahorrado en seguridad.
Las ventas del Tata Nano desde 2010 no han hecho más que descender: de 70.431 vehículos ese año hasta los 16.903 durante el último año fiscal.
Además, según reconoció el presidente emérito del Grupo Tata, Ratan Tata, promocionarlo como “el coche más barato del mundo” fue un error, debido a las connotaciones negativas que eso conlleva.
Una opinión que no comparte la publicista india Vandana Katoch, que cree que “promocionarte como el más barato” puede ser positivo.
“Es bueno para hacer ruido y conseguir atención”, afirmó Katoch, quien trabajó con una de las empresas publicitarias más importantes de la India, DDB, y ahora se ha lanzado a dirigir su propia compañía, Clayground.
Sin embargo, según la publicista, “ser el más barato no es suficiente” y la clave del éxito está en responder positivamente a las expectativas que tiene el cliente al comprar un producto a ese precio.
Barata pero lenta
El padre de la tableta electrónica más barata del mundo, el indo-canadiense Suneet Singh Tuli, al que le criticaron en un principio la “lentitud” de su producto, tampoco cree que sea un problema promocionarte como “el más barato”.
Tuli, que preside la compañía británica Datawind, insistió tras el lanzamiento de la Aakash en “romper la barrera de lo asequible” con el resto de teléfonos móviles y tabletas que puso a la venta en países en desarrollo, al centrarse en “innovar para conseguir algo lo suficientemente bueno” al tiempo que barato.