Tras dos semanas de derrotas judiciales, Luiz Inácio Lula da Silva al final tiene algo para celebrar. El expresidente brasileño no consiguió viajar a Etiopía la semana pasada a un evento de la ONU por tener retenido el pasaporte desde el 26 de enero, pero desde este viernes podrá dejar el país cuando quiera, si así lo desea. Minutos después de esta decisión, la defensa de Lula presentó una demanda de habeas corpus preventivo en el Tribunal Supremo Federal (STF, en sus siglas en portugués) para intentar evitar la prisión. Este mismo requerimiento fue rechazado esta semana por el Tribunal Superior de Justicia (STJ).
En el caso del pasaporte, el juez federal Bruno Apolinário, del Tribunal Regional Federal de la 1ª Región (TRF-1), revirtió la decisión del magistrado Ricardo Leite, tomada el 26 de enero, y dispuso la devolución del documento a Lula. Donde Leite vio “riesgo de fuga”, Apolinário sostiene que “eso es un ejercicio de imaginación” y en su veredicto considera el “cuidado” que tuvo Lula en demostrar ante la justicia que su salida del país estaba justificada por un compromiso profesional previsto desde hacía tiempo, que sería de corta duración y que tenía previsto volver en una fecha determinada. En este orden, Apolinário indicó que esto no causaría “ningún trastorno” sobre las acciones penales dispuestas en su contra, ya que no estaba previsto ningún acto procesal que requiriese de su presencia durante el periodo en que iba a ausentarse de Brasil.
Habeas corpus
La petición de habeas corpus preventivo al STF repite los argumentos de la demanda presentada al STJ hace tres días, pero se cuida de argumentar contra la decisión del magistrado Humberto Martins, que se negó a conceder este beneficio por considerar que no había riesgo de prisión inminente. El pedido de habeas corpus preventivo está en manos del magistrado Edson Fachin, pero la defensa del exmandatario solicita que la demanda sea juzgada por la Sala Segunda del STF, encargada del caso Lava Jato. Los abogados piden además que, en caso de que su solicitud de garantizar la libertad para su cliente no sea concedida, que por lo menos sea encarcelado después de que se estudie el recurso en el STJ.
El pasado viernes 26 de enero, el juez brasileño Ricardo Leite prohibió a Lula salir del país y ordenó la retirada de su pasaporte un día después de que los tres jueces de un tribunal de apelaciones de Brasil votaran de forma unánime a favor de mantener la condena por corrupción del exdirigente y acordara extender la pena de cárcel a más de 12 años. Pese a todo ello, el Partido de los Trabajadores (PT) confía en que Lula pueda imponerse a todos estos reveses y lo sostiene como su gran esperanza electoral para las presidenciales de este año, a celebrarse en octubre.