El museo de El Cairo, en Egipto, ha hecho público un papiro que desvela el misterio de la construcción de la Gran Pirámide de Guiza, dejando atrás las teorías que afirman que la pirámide es obra de civilizaciones perdidas e incluso seres de otros planetas.
El documento, hallado en el 2013 en el mar Rojo y de unos 4.500 años de antigüedad, es un diario de trabajo que perteneció a un capataz llamado Merer, que al parecer participó en las obras de construcción de la pirámide, la mayor de las tres existentes en la meseta de Guiza y levantadas en honor al faraón Keops.
Los arqueólogos Pierre Tallet y Gregory Marouard, quienes dirigen el equipo que investiga el documento, señalan que los jeroglíficos representados en el papiro describen el proceso de construcción del gigante de piedra. El capataz Merer, según indica él mismo, tenía a unos 200 hombres a su cargo.
El diario de trabajo, que abarca un periodo de varios meses, explica algunas de las operaciones relacionadas con las labores en las canteras de piedra a orillas del Nilo. Al parecer, la piedra caliza era extraída en Tura, una localidad situada cerca de Menfis, y transportada en barcos y a través de un sistema de canales. El tiempo en que tardaba la embarcación en llegar al sitio de construcción de la pirámide, señalan los apuntes, era de aproximadamente cuatro días.
Según describen los investigadores, Merer realizó las anotaciones durante el año 27 del reinado de Keops y algunos de sus registros indican que para ese entonces la pirámide ya estaba casi terminada. Al parecer, además de él, el trabajo era supervisado por el visir Anjaf, medio hermano del faraón y que es descrito en el papiro como el “jefe de todos los trabajos del Rey”.