“Toda esta semana fue incesante la presencia de peregrinos, vino la gente. A los dos costados de la ruta uno ve gente que se va acercando”, dijo el padre José Benítez, Rector de la Basílica de Caacupé, en contacto con La Unión.
Destacó que desde el inicio de esta semana ha disminuido el ingreso a las adyacencias y a la propia Basílica por los controles policiales desplegados en la zona. “La gente entra hasta el Santuario, va hasta el Tupãsy Ykua, porque sabe que desde la semana entrante ya no se va a poder permitir el ingreso”, dijo el Rector.
Recordó que desde este sábado 28 de noviembre las puertas de la Basílica de Caacupé y el oratorio de Tupãsy Ykua serán cerrados. Así mismo, los visitantes no podrán subir a la escalinata ni llegar hasta el toldo ubicado frente mismo a la entrada, ya que el sitio estará vallado y seguirá custodiado por policías.
Además, Benítez subrayó que la imagen de la Virgen de los Milagros de Caacupé no será expuesta en la explanada como tampoco serán instalados los equipos de audio y amplificadores en el lugar.
El Ministerio de Salud Pública anunció este miércoles que las misas en Caacupé serán a puertas cerradas ya desde este próximo fin de semana para evitar que sigan yendo peregrinos, ante la gran concurrencia de fieles hasta la Basílica en las últimas semanas pese a las recomendaciones sanitarias.
Además, se establecerá “fase cero” entre el 4 y 9 de diciembre en locales comerciales ubicados dentro del perímetro de 3 cuadras de la Basílica de Caacupé.