El joven en cuestión es Ángel Pedro Amor Garay, de 25 años, quien vive con su madre en Zeballos Cué.
La mamá, Modesta Candia, explicó en comunicación con La Unión agentes policiales de la Comisaría 23ª le solicitaron sus documentos y, al constatar que no los poseía, lo sometieron a golpes para detenerlo, ya que se negó a ir hasta la sede policial. “Uno le estaba apretando a la altura del cuello y otro apretándole la boca para que no grite”, describió en diálogo con La Unión.
Indicó que este procedimiento estaba siendo apoyado por vecinos que presenciaban el hecho porque lo acusan de los robos constantes que ocurren en la zona, lo cual doña Modesta niega.
Amor Garay tiene antecedentes por violencia familiar y cuenta con antecedentes por hurto agravado, por lo cual ya había estado en la cárcel.