El primer ministro Giuseppe Conte, firmó un decreto pasada la medianoche de este domingo que restringía el movimiento de la gente en la región de Lombardía y al menos 14 provincias en regiones vecinas, donde viven más de 16 millones de personas. Las medidas entrarán en vigencia hasta el 3 de abril.
“Para Lombardía y para las otras provincias norteñas que he enumerado aquí será una prohibición a que cualquiera se mueve entrando o saliendo de estos territorios y también dentro del mismo territorio”, dijo Conte. “Solo se admitirán excepciones para necesidades profesionales demostradas, casos excepcionales y motivos de salud”.
En todo el mundo, cada vez más países se preparaban para un gran aumento en las infecciones. Los países occidentales han ido imitando a China, donde apareció el virus a finales del año que viene y que ha sufrido la inmensa mayoría de las infecciones, imponiendo controles en los desplazamientos y cancelando eventos públicos.
Italia registró el sábado su mayor aumento diario en casos de coronavirus desde el inicio del brote en el norte del país el 21 de febrero.
En su reporte diario, la agencia italiana de protección civil informó de 1.247 infectados nuevos en las últimas 24 horas, elevando el total a 5.883. Otras 36 personas murieron tras contraer el virus, sumando 233 en el país.
En la ciudad italiana de Padua, en la región del Veneto, hubo escenas de caos y confusión el sábado por la noche cuando se extendieron las noticias sobre que el gobierno planeaba anunciar una cuarentena.
Bares y restaurantes llenos se vaciaron con rapidez cuando la gente se apresuró a llegar a la estación ferroviaria. Viajeros con maletas, mascarillas, guantes y frascos de gel desinfectante abarrotaron los trenes.
Algunos funcionarios locales expresaron sus reservas por la medida. Stefano Bonaccini, presidente de la región de Emilia Romagna, dijo que parte del texto era confusa y pidió más tiempo al primer ministro para buscar soluciones más “coherentes”. El alcalde de Asti, en la región del Piamonte, compartió una indignada diatriba en un video en su página de Facebook arremetiendo contra Roma por no informar a las autoridades locales.
“Nadie me dijo nada”, exclamó Maurizio Rasero, añadiendo que tenía cientos de mensajes en su celular de ciudadanos alarmados. “Es increíble que información tan delicada e importante aparezca primero en el periódico, filtrándose a todas partes antes incluso de que lo sepan las autoridades locales”.
Italia no era el único país que limitaba actividades. En todo el mundo se cancelaron actos y festivales. Se emitieron prohibiciones y advertencias de viajes. El tráfico turístico cayó en picado y las cadenas de suministros se exponían a posibles interrupciones, desencadenando el temor a una desaceleración económica global. Los índices de referencia han dado vuelcos en los últimos días, impulsados por esperanzas de medidas de estímulos mezcladas con un pesimismo generalizado ante las noticias sobre el virus.
Arabia Saudí vetó celebrar competiciones deportivas con espectadores a partir del sábado. La NBA, así como equipos deportivos británicos y japoneses, consideraban hacer lo mismo, mientras comenzaban las temporadas de béisbol y fútbol.
La expansión del virus también se ha cobrado un precio psicológico. Autoridades y fabricantes intentaban tranquilizar a los consumidores asustados asegurándoles que no necesitaban acaparar papel higiénico, que ha desaparecido de los establecimientos en varios países.
Una preocupación especial eran los cruceros llenos de pasajeros, muchos de los cuales afrontaban sus propios problemas relacionados con el virus.
El crucero Gran Princess, donde 21 personas dieron positivo en el virus, se dirigía al puerto de Oakland, California, tras pasar unos días esperando ante San Francisco. Hay pruebas que señalan al barco como origen de un foco de infección de casi 20 casos durante un viaje anterior.
“Quienes necesiten cuarentena serán puestos en cuarentena”, dijo el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence. “Quienes necesiten asistencia médica la tendrán”. El mandatario Donald Trump dijo que él prefería no permitir que los pasajeros desembarquen en suelo estadounidense, aunque se atendría a lo que dijeran los expertos médicos.
En Egipto, un crucero en el Nilo con más de 150 personas a bordo se encontraba en cuarentena en la ciudad sureña de Luxor tras confirmarse 12 casos.
También el sábado, el puerto de Penang, en Malasia, rechazó el crucero Costa Fortuna debido a que 64 de las 2.000 personas a bordo provienen de Italia. El barco ya fue rechazado por Tailandia y se dirigía a Singapur.
En Malta, que informó el sábado sobre su primer caso de coronavirus, el barco MSC Opera aceptó no ingresar en el puerto mediterráneo del país en medio de las preocupaciones locales, aun cuando no hay casos sospechosos a bordo. El barco continuó su travesía a Messina, Sicilia, donde se permitió a los pasajeros desembarcar después de que las autoridades revisaran los expedientes médicos.
Aunque la cifra global de muertes a causa del coronavirus ha rebasado las 3.400, más personas se han recuperado en comparación con las que han enfermado. Hasta el sábado, Asia acumulaba casi 90.000 casos; Europa más de 8.000; Medio Oriente 6.000; América del Norte, América Latina y el Caribe unos 450; y África menos de 50.
Con información de The Associated Press.