La institución fue clausurada por “desprolijidad académica”, de infraestructura; recursos humanos especializados; reglamentos académicos; títulos de propiedad, y más de 1.500 horas cátedras sin desarrollar.
Giménez manifestó que de 500 personas tituladas, solo 44 cuentan con registros de las horas cátedras que recibieron.
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