“Inducir vida”
A modo de demostración, los investigadores han creado una flor de plástico que abre sus tres capas de pétalos en dos horas de forma autónoma. “Parece tan real (…) es una pieza de material muerto. Si se le quita la pintura, es solo polímero blanco. Es como si le hubiésemos inducido vida en el material”, indica Serguéi Sheiko, que dirigió la investigación.
El material está basado en un polímero que tiene la misma consistencia que el cartílago humano y la capacidad de adquirir nuevas formas se debe a dos tipos de enlaces químicos: una pequeña proporción de enlaces covalentes fuertes y una mayor proporción de enlaces de hidrógeno débiles. “La motivación detrás de este trabajo fue dotar a los materiales sintéticos de las funciones y las propiedades de los tejidos vivos”, indica Sheiko.
¿Revolución en la cirugía?
Se prevé que esta tecnología sea utilizada en un futuro para hacer implantes biomédicos de pequeño tamaño que adopten su forma definitiva una vez que hayan sido introducidos en un organismo a través de cirugía mínimamente invasiva. Además, su uso sería adecuado para niños ya que el material puede programarse para que incremente su tamaño a la vez que el cuerpo.