“En principio pensamos que eran de procedencia nacional por la forma de los tomates, pero constatamos que no lo eran. El 99% de estos tomates son de origen brasileño”, detalló la fiscal interviniente del caso, Carmen Gubetich, en conversación con La Unión.
El procedimiento se realiza en medio de la ola de manifestaciones realizadas por productores de tomates de distintas partes del país, quienes exigen mayor eficiencia en el control de ingresos de productos de origen de contrabando.