En el mundo existen múltiples maneras de enfrentar la vida de manera positiva, en que se conjugan la herencia cultural, las tradiciones y una manera muy particular de relacionarse con el medio ambiente. Ejemplo hay muchos, como el lagom sueco o el hygge danés.
Una de las nuevas tendencias es el Ho’oponopono, un arte hawaiano antiguos, de orígenes polinesios exactamente, en que se busca la resolución de los problemas a través de la reconciliación y el perdón.
La manera de implementarlo fue pasado de generación en generación, hasta que Morrnah Nalamaku Simeona recopiló todas las enseñanzas y las actualizó. A partir de allí hubo un resurgimiento sin igual y comenzó a practicarse en otras partes del mundo.
Su traducción sería “enmendar” o “corregir un error” y de acuerdo a esta filosofía, todo lo que sucede en la vida, un pensamiento, una memoria, es como un “programa funcionando”. De esta manera, la técnica genera una oportunidad para “soltar”, para limpiar y borrar todo aquello que perturba a la persona.
“El principal propósito de este proceso es descubrir la Divinidad dentro de uno mismo. El Ho’oponopono es un profundo regalo que nos permite desarrollar una mutua relación con la Divinidad dentro de nosotros y aprender a pedir que en cada momento, nuestros errores en pensamiento, palabra, acto y acción sean limpiados. El objetivo de este proceso es esencialmente lograr la libertad, la completa libertad del pasado”, decía Morrnah.
En Argentina, este método comenzó a expandirse. Una de las precursoras es Silvia D’Auro, ex mujer del presentador televisivo Jorge Rial, quien en una entrevista a la revista Pronto, explicó: “El Ho’oponopono es una teoría basada en el te quiero, te perdono, te amo y me perdono. Tiene que ver con eso, con una nueva etapa y un gran aprendizaje en los últimos seis años de mi vida”.
El Ho’oponopono utiliza técnicas para generar un puente, una cooperación, un simbiótica armonía, entre las tres partes de la mente o el ser: el subconsciente, el consciente y súper consciente. De esta manera, se facilita una conexión interior personal con el amor, la “Fuente Divina”, lo cual genera paz, armonía y libertad.
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