Una noticia que paralizó a todos. El anuncio de la muerte de Gustavo Cerati puso fin a las esperanzas que tenían sus fans sobre su recuperación. Había estado más de cuatro años internado, luego de sufrir un ACV al terminar un show en Caracas.
Sus allegados pensaron que se trataba de un problema de presión, pero los médicos del sanatorio caraqueño La Trinidad informaron que había sufrido un infarto cerebral. Un tiempo después fue trasladado a otra clínica de Belgrano, llamada ALCLA, donde permaneció en estado inconsciente, asistido por un respirador artificial.
Cerati sintió la música desde muy chico. La guitarra fue su fiel compañera durante aquellas primeras clases con un profesor de barrio. Durante su adolescencia, Cerati le dio vida a sus distintos sueños musicales. Al terminar el servicio militar, el músico se anotó en la carrera de Publicidad en la Universidad del Salvador. Fue allí donde se juntó con un grupo de compañeros interesados en la comunicación y, en especial, en la música. Con uno de ellos, Zeta Bosio, le dio vida a Soda Stereo. El famoso trío lo completó el baterista Charly Alberti.
La banda publicó varios trabajos. Con su debut homónimo (1984), con la producción deFederico Moura, llamó la atención con temas como “Sobredosis de TV”, en referencia al efecto de los medios, “Acuéstate, levántate! No puedo seguir así, oh, no/ Apágalo, enciéndelo! No puedo seguir así, oh, no”, “¿Por qué no puedo ser del Jet Set?“, con un “convertible colorado, caviar, champagne”, “Dietético” o “Te hacen falta vitaminas”, entre otras. “No soy un poeta, no escribo continuamente. Soy muy haragán con las letras”, se definió el músico.
Su cuidada estética, con sus “raros peinados nuevos”, fue un aire fresco dentro del rock nacional de la época. Muchos pensaron que sería un éxito fugaz, pero el grupo fue por más. Para el segundo trabajo, Nada Personal (1985), el grupo se metió con un sonido más dark. “Juegos de seducción“, “Cuando pase el temblor” (una interesante mezcla de sonidos autóctonos con aires de reggae) y el hit que le dio nombre al álbum.
En su tercera producción, Signos (1986), el trío mostró un crecimiento en su sonido. Temas como “Prófugos” o “Persiana Americana” cruzaron las fronteras y la banda se instaló como exponente del rock latino. Fueron años de extensas giras, con el objetivo puesto en la conquista de América. Una época que quedó documentada en Ruido Blanco (1987).
Para su próxima producción, Doble Vida (1988), el grupo se instaló a grabar en Nueva York, bajo las órdenes de Carlos Alomar, guitarrista de David Bowie. Cerati, siempre interesado por los nuevo sonidos, logró un estilo más funky y bailable, marcado en temas como “Lo que sangra (la Cúpula)” o “En la ciudad de la furia”, “Buenos Aires se ve tan susceptible”, dedicada a la ciudad que los vio nacer. También están “Corazón delator” y “Terapia de amor intensiva“, muy queridas por sus seguidores.
Las giras no pararon y Soda Stereo se transformó en el grupo más importante de la escena local y latinoamericana. Miles de fans disfrutaron de sus shows, con una gran puesta en escena a nivel internacional, y con un sonido de primer nivel.
El fuerte trabajo del trío no paró. Para Canción Animal (1990), Cerati se inspiró en la etapa fundacional del rock nacional, en exponentes como Vox Dei y Pescado Rabioso. Un disco con un sonido más valvular y que marcó un nuevo concepto estético, tanto en la ropa como en los peinados. Un grupo en su estado de máxima maduración. “Sueles dejarme solo”, “1990″, “Hombre al agua“, “Canción Animal” y el gran hit “De música ligera“, son canciones que reflejan el nuevo sonido del trío.
El espíritu inquieto de Gustavo Cerati, en constante búsqueda de nuevos estilos, lo llevó a meterse con un estilo “sónico” y de “guitarras distorsionadas” para Dynamo (1992). “En remolinos“, “Primavera 0“, “Luna roja”, y “Ameba” fueron algunos de los éxitos de la placa.
Sueño Stereo (1995) fue el séptimo y último disco de estudio de Soda Stereo. La banda lo grabó en su estudio Supersónico y fue mezclado en Matrix, Londres por Clive Goddard y Eduardo Bergallo, con canciones como “Ella usó mi cabeza como un revólver”, “Disco eterno“, “Paseando por Roma” y “Zoom”.
Hace 20 años el grupo anunció su final. Muchos recuerdan aquel último show en River, donde Cerati inmortalizó la frase “Gracias, totales“. “Me imagino todo mucho más intenso que me espiritud puede aguantar. Sentí que me puso en una sintonía muy especial con la gente y con el tipo de contexto. Estos distintos shows de despedidas en los países aglomeró dentro mío una explicación para todo esto que lo tiene la gente. En ellos se justifica todo este espectáculo”, le contó Cerati a TN. Pero el destino tenía guardado otra sorpresa. Los fans se emocionaron 10 años después con el regreso, “Me verás volver”. Otra extensa gira por América y la seguidilla de shows en el mismo estadio que marcó su despedida. Una nueva generación pudo entender la magnitud de Soda al verlos en acción sobre el escenario.
Cerati también brilló como solista. Amor amarillo, Bocanada, Siempre es hoy, Ahí Vamos y Fuerza natural. También, grabó a dúo con Daniel Melero en Colores Santos, exploró el territorio electrónico con Plan V, se lució con 11 episodios sinfónicos, y compuso la banda de sonido de una película + Bien, entre otros trabajos. Cada uno de estos discos guardan tesoros que hay que volver a escuchar para entender a este “arquitecto del sonido” como lo definió Charly García.
Con información de TN La Viola.