Como ejemplo de datos para la defensa, Coscia señaló que Arrom y Martí no estuvieron donde dijeron haber sido torturados y negó absolutamente la existencia de daños físicos, indicando que las supuestas heridas pudieron haber sido hechas por ellos mismos.
“Tenemos pruebas de que ellos estaban en Itauguá, no en Asunción, donde dijeron haber estado secuestrados y torturados”, aseguró también en comunicación con La Unión, añadiendo que otra evidencia que poseen es que ni Arrom ni Martí estaban incomunicados. “También tenemos pruebas de que sus celulares estaban prendidos y que incluso le hicieron llamadas a Alfonso Resck, que después fue testigo. O sea, hay demasiadas situaciones que prueban que lo que ellos están diciendo es mentira”, explicó Coscia.
Además, criticó que los denunciantes del Estado lleven la cuestión al ámbito político. “Acá nada es político. Acá estamos hablando de la comisión de hechos punibles comunes en contra de civiles. Estos son delincuentes comunes que siguen el libreto de la industria del secuestro”, expresó el Procurador.
“Todas las desapariciones forzosas que ocurrieron desde el 2001 fueron hechos por bandas delictivas que lo único que hicieron fue secuestrar civiles, matarlos y pedir dinero de rescate”, repudió Coscia.
El procurador reconoció que es muy difícil que Paraguay se salve de una condena de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), teniendo en cuenta las estadísticas que este organismo internacional tiene con nuestro país. No obstante, aseveró que irá a San José, Costa Rica, “con esperanza, porque este es un caso distinto”.
La audiencia ante la CIDH será el 7 de febrero.